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El pequeño Nino es hijo de un Guardia civil que pasa sus días jugando con sus amigos, con los que comparte edificio en el cuartel de un pequeño pueblo de la sierra sur de Jaén. Dicho así podemos estar hablando de cualquier año, en cualquier pueblo y de cualquier niño de España, pero si situamos la escena en los años cuarenta del siglo veinte en un pueblo de sierra de una España post-bélica llena de Maquis y rudos Guardia Civiles, comprendemos fácilmente que Nino no fue un niño cualquiera. Nino empieza a no ser un niño cualquiera cuando entabla amistad con un hombre recién llegado de la ciudad que se aloja a las afueras del pueblo: el Portugués. Esa amistad le hace empezar a frecuentar el caserío de "las Rubias", una familia que la guerra ha dejado solo con componentes femeninos y donde Nino va a aprender mecanografía. Sin embargo, allí descubre la biblioteca que posee una de las integrantes de tan peculiar familia. Y en este escenario, entre rudos Guardia Civiles, ex vecinos convertidos en Maquis y libros de Julio Verne, Nino madura en pocos años viendo como los guardias no eran tan rudos, los Maquis no eran tan malos ni los vecinos tan sumisos al régimen, si no que todos eran personas que solo hacían lo que podían, como podían, en la época que les tocó vivir, donde no era fácil sobrevivir, ni ser, siquiera, tú mismo. |
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