De caperucita a loba en solo seis tíos

La verdad es lo que es útil.

Hay que asumir que escribir un libro es como enamorarse: te obliga a exponerte.

Una relación que se acaba no es un fracaso. Es un éxito consumido.

En vuestra primera cita, cuando le dijiste que te gustaba Oscar Wilde, te
preguntó:
—¿Ese quién es?
Y cuando le respondiste:
—El autor de El retrato de Dorian Gray.
Te contestó:
—Ah, vale. Un pintor.

En nuestros tiempos Blancanieves puede seguir soñando con el príncipe... pero mientras tanto... se tira a los enanitos.

Porque cualquier cosa de la que consigues reírte, ya la has vencido.

Si has retrasado un poco el primer polvo para generarle mayor interés y darle tiempo a enamorarse, puede que lo que haya hecho es confundir el deseo con el amor, y cuando haya llegado el sexo, haya dicho:
— Ah, no, mira, no era amor, era calentón. Qué curioso…
Por eso el truco de retrasar el sexo a veces tampoco sirve… ¡O sea, que no hay reglas! ¡Que nunca se sabe! ¡Intenta relajarte y recordar que ese tío ni siquiera te gustaba tanto! Lo que te atraía era lo que él sentía por ti. Por eso te preocupa que haya cambiado de idea. No porque él te guste, sino porque le has cedido el poder de decidir con su opinión si puedes gustarte a ti misma.

Un tío que tan solo se hubiera ido al váter, cuando salga a los veinte minutos puede encontrarse este monólogo en su móvil.
20:01 —Hola, ¿qué tal?
20:02 —Me gustaría hablar contigo.
20:03 —O no. A no ser que tú quieras, que entonces no me importa.
20:04 —¿Entonces, qué? ¿Quedamos?
20:05 —Desde luego ya te vale. Encima que te ofrezco quedar por si quieres hablar. Ni que lo hiciera por mí. Al menos contesta, ¿no?
20:06 —¿No piensas decir nada? ¡Pues vete a la mierda, guapo!
20:07 —Venga, bah, te perdono, loquito, jajajaja, ¿a qué hora quedamos?
20:20 —¡Cabrón!

Eres mujer. Y todas las que nos hemos puesto alguna vez un sujetador con relleno o unas medias compresoras para realzar los glúteos sabemos que lo que parece… no siempre es. Ahora, eso sí, hay que actuar como si lo fuera.

Lo que parece no siempre es, pero hay que comportarse...