De caperucita a loba en solo seis tíos de Marta González de Vega
Si has retrasado un poco el primer polvo para generarle mayor interés y darle tiempo a enamorarse, puede que lo que haya hecho es confundir el deseo con el amor, y cuando haya llegado el sexo, haya dicho: — Ah, no, mira, no era amor, era calentón. Qué curioso… Por eso el truco de retrasar el sexo a veces tampoco sirve… ¡O sea, que no hay reglas! ¡Que nunca se sabe! ¡Intenta relajarte y recordar que ese tío ni siquiera te gustaba tanto! Lo que te atraía era lo que él sentía por ti. Por eso te preocupa que haya cambiado de idea. No porque él te guste, sino porque le has cedido el poder de decidir con su opinión si puedes gustarte a ti misma. |