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Tras haber leído Reina Roja y, aunque me costó un poquito engancharme, haber disfrutado muchísimo su lectura, me resultó inevitable continuar con la trilogía. Y como Reina Roja me había gustado tanto, tenía altas expectativas en cuanto que a Loba Negra también me entusiasmara y se me hizo más ameno leerlo. En este libro la historia cambia, aunque los personajes no. El escenario se mueve, nos traslada a Marbella, pero los protagonistas enamoran investiguen donde investiguen. A lo largo de la novela, el autor nos va dejando trazos relacionados con la historia principal que se desarrolla en la primera novela y nos deja con ganas de saber más tanto de la historia que viven los protagonistas en Málaga como de ese poquito que nos va contando y de lo que sabremos más en el tercer libro. Aunque creo que me gustó más Reina Roja, debo admitir que Loba Negra no defrauda en ningún momento. Vamos viendo cómo los personajes y la relación que hay entre ellos va evolucionando, cómo se van convirtiendo en imprescindibles para el otro, y ese vínculo que ambos mantienen me pareció algo supervalioso en la historia que consiguió que me encariñara aún más con ellos. Pero lo mejor de estas novelas es el giro que pega la trama y cómo sorprende con algo que, al menos yo, no me esperaba. Para mí, un final insuperable. |
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