El último oso

Se narra la historia de una niña huérfana de madre desde los 4 años y ya cumplidos los 11 convive con su padre, quien no ha superado pasados estos 7 años el fallecimiento de su mujer. Este padre, cientifico de cierto nivel se dedica en tiempo y alma a su trabajo. April, así es como se llama la protagonista, es al igual que lo era su madre, una amante incondicional del mundo animal, quien encuentra mayor facilidad para congeniar con los animales que con el resto de sus iguales tanto en el colegio como en el vecindario.

El padre es destinado durante 6 meses a una isla inhabitada a 400 kilómetros del circulo polar ártico y a un día de barco del pueblo mas cercano y civilizado en la costa de Noruega. Su trabajo consiste en tomar datos de una central meteorológica con el objetivo de controlar la afectación del cambio climático en los polos. Decide emprender ese viaje con su hija con el objetivo y el deseo de recuperar parte de la relación perdida. Allí residirán en una pequeña cabaña compuesta de dos módulos y con los vivires suficientes para esos 6 meses, sin mas presencia humana que ellos mismos. La niña ve la oportunidad de poder recuperar ese tiempo perdido con su progenitor.

La niña, inquieta, investigadora, con un don natural y con una capacidad innata de congeniar con cualquier tipo de animal divisa un oso polar famélico y herido en una pierna. al ver que su padre solamente se centra en trabajar decide acercarse al oso y poder curarle, llegando a establecer con él una relación mágica y entrañable, fijándose el objetivo de poder devolver al Oso a su hábitat natural. Es en torno a esta relación entre la niña y el oso la que marca la lectura en la que prima el respeto, la empatía y el amor entre ambos.

Es una historia ficticia mágica, cargada de sensibilidad con un claro mensaje sobre el cambio climático, el calentamiento de los polos, la contaminación marina y el amor hacia los animales. Pero sobre todo en relación al papel, por muy pequeño que sea, que cada uno de nosotros y nosotras tenemos en relación al cuidado de la naturaleza tanto esa que tan cercanamente nos rodea como aquella que a pesar de su lejanía no merece ser tampoco olvidada ni obviada. A través de la relación paternofilial de los dos protagonistas se refleja a su vez una critica al tipo de relación descuidada, superficial e insuficiente que mantienen muchos progenitores en la sociedad actual. Bien por dejadez, o por el ritmo vertiginoso que marca la vida laboral y las dificultades que se encuentran para llevar a cabo una conciliación familiar de calidad. A su vez nos habla de la resiliencia y de la capacidad de superación tras una perdida familiar.



Me ha parecido un libro precioso, con una portada mágica y unas ilustraciones de gran calidad, fácil de leer, con un mensaje claro, recomendable tanto para jóvenes, creo que se puede leer a partir de una edad de 10-11 años, como para adultos.
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