Es una novela que atrapa. Una mansión espectacular, pero demasiado silenciosa. Una muerte de la que está prohibido hablar. Una niña traumatizada por la falta de su mamá, a quien no la dejan ni ayudan a recordar. Si sus problemas no son de medicina tradicional, es que habrá que recurrir a quienes pueden hablar con los espíritus? Y aquí está el nudo del problema, que resolverán una institutriz entregada a resolver los crueles problemas de la huérfana y un periodista seleccionado por una Institución psíquica, justamente porque sabe muy poco de apariciones y es muy hábil para expresar con claridad lo que ve o le cuentan. |