Valerius, el hijo de Roma.

Siento un profundo respeto por los autores de autoedición. Han proliferado como setas estas falsas editoriales que no tienen ningún aprecio por la literatura.

Lo diré de otra forma, mientras paguen publican cualquier cosa. No hay trabajo de edición. Aflojas, imprimen o lo cuelgan en digital y si te he visto no me acuerdo.

No culpo al autor, cumple un sueño, sea jilguero o cuervo en esto de las letras.
Pero es justo decir al ego del escritor que pagar por que editen tu arte no te convierte en Cervantes.


Y, se me hace muy difícil contar las verdades del barbero, o mi verdad, cuando el texto no ha ido todo lo bien que esperaba, pero la honestidad a la hora de reseñar es innegociable. La libertad es mi mayor disfrute.

Francisco Gil comete fallos graves en su novela. Unos ortográficos, como "tubo" del verbo tener. Ya ves lo que ha hecho Amazon por ti.

Las imprecisiones históricas son también continuas, cito 2, las más sangrantes en mi opinión:

Varias veces Claudia, vestal máxima ( personaje ficticio) apela al miedo de acabar en la horca por mantener relaciones carnales con su amado senador.

No Francisco, no. en caso de ser descubierta el castigo que le corresponde es mucho más atroz. Enterrada viva, en un amplio zulo, donde morían por inanición.


Los gladiadores, querido amigo, no asesinaban a su contrincante, luchaban a vida o muerte. Esa era la norma, fueran obligados o no. Y cualquier muestra de tibieza al respecto era castigada con la muerte.

Nadie "perdonaba" la vida de su oponente dos veces en la arena, porque a la primera era despiezado por el bestiarius y dado como alimento a sus leones.

El hijo de Roma es una novela muy dinámica y entretenida, pero que carece del más mínimo rigor histórico.

Los personajes reales pasan como un huracán, precipitandose a la pena sin gloria.

Al más puro estilo de Ben Kane, Gil plantea personajes no históricos para conducir la trama mientras los reales son meros espectadores.

Muy floja la actuación de Agrícola en Britania, batalla si, pero...¿contra quién?
Al autor se le olvida o, me inclino más, desconoce al enemigo.

Mucha capacidad de enganchar, buena tensión narrativa, y anacronismos de mercadillo, de tres bragas un euro.

Para mi, escribir de Roma sin conocimiento alguno es delinquir, y está falta de respeto que cometen las nuevas sucursales de la literatura...el crimen perfecto.

Solo pido un poco de cariño con los escritores que encima os pagan por que su trabajo vea la luz.

Que menos que acompañamiento y orientación. Y si mi apuras, amor por la literatura. Aveces la muestra más afectuosa, es saber decir, este...no.

Amazon agradece tu esfuerzo.
Yo te felicito por el hecho, pero no por el resultado.
Malo, malo, malo.