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Margaret Hale vive en el sur de Inglaterra hasta que su padre decide dejar la parroquia y trasladarse al norte para cambiar totalmente de forma de vida. La familia se traslada allí y tendrá que adaptarse a su nueva casa y a las costumbres de una ciudad en plena revolución industrial. No es una novela donde haya giros o sobresaltos en la trama, en sus páginas muestra una visión perfecta de las diferencias sociales, el poder adquisitivo, la clase obrera, los sindicatos, los dueños de las fábricas, la religión, la muerte, las distintas costumbres entre la vida en el campo y en la ciudad... Los diálogos e intercambios de opiniones entre los personajes están llenos de matices y reflexiones que sin duda realzan, aún más si cabe, la calidad literaria de la autora. Es una historia llena de crítica social narrada magistralmente y con unos personajes tan desarrollados que hablan por sí solos. Me ha encantado Margaret, a pesar de sus dudas, pero sin duda me ha enamorado el señor Thornton. Y por ese motivo la única pega pequeña que le pongo es que ese final necesitaba más páginas. Algo sin importancia para un libro extenso y que he disfrutado de principio a fin. |
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