La vida ante sí

La primera vez que vi a la señora Rosa tendría yo tres años. Antes de esa edad, uno no tiene memoria y vive en la ignorancia. Yo dejé de ignorar con tres o cuatro años y a veces lo echo de menos.

La señora Rosa decía que un niño estaba consternado cuando estaba afectado por la consternación, como su propio nombre indica. Quiere decir que no quería saber nada de la vida y se ponía raro. Es lo peor que puede pasarle a un crío, aparte de todo lo demás.

Siempre me decía que el tiempo viene lentamente del desierto, con sus caravanas de camellos y que no tiene prisa porque transporta la eternidad.

A la felicidad hay que agarrarla cuando pasa.

La señora Rosa dice que la vida puede ser hermosa, pero que nadie ha dado con ella todavía y que entretanto, hay que vivir.

Creo que los que mejor duermen son los injustos porque todo les importa un bledo, mientras que los justos no pueden pegar ojo y por cualquier cosa se dan mala sangre. Si no, no serían justos.