El libro comienza a modo de introducción, en el año 1931 relatando un incidente que, aunque lo deja un poco en el aire no tiene pinta de terminar bien, para a continuación trasladarnos al año 1985 a la ciudad de Barcelona donde el Inspector Mateo Navas se reúne con el periodista Juan Eguiguren, redactor de sucesos. A partir de ahí, es dónde comienza en realidad la verdadera trama de la novela. El inspector Navas junto al inspector Gómez adscrito a la brigada judicial de Alicante y que se encuentra en la ciudad siguiendo una investigación relacionada con el narcotráfico, participa en una operación antidroga en una fábrica abandonada dónde además de incautarse del cargamento de drogas, se encuentran con la aparición de un cadáver que parece llevar muchos años enterrado y que presenta signos evidentes de haber sido asesinado. Desde ese momento Navas iniciara una investigación por su cuenta, paralela a la del narcotráfico, que se remontara a hechos acaecidos hace 40 años en la España de la Segunda República, en plena postguerra y le empujara a descubrir que tienen en común ambos casos. Con una prosa muy cuidada y elegante, el autor, con un gran trabajo de documentación, nos hace viajar entre el pasado: años 30 después de instaurar la segunda República, la Guerra civil y posterior escenario posbélico a nivel político, y el presente; mediados de los años 80 y el funcionamiento de una comisaria en esos años y sus estamentos políticos. Es un libro escrito en tercera persona durante todo el desarrollo de la investigación que lleva a cabo el inspector Navas, pero que al principio, en lo que sería la introducción y al final, en lo que sería el epilogo, cambia a una narración en primera persona ya que en ambos momentos, el protagonista deja de ser el inspector y pasa a serlo el periodista. En principio es un libro que me resultó un poco lioso porque son muchos personajes y me costaba situarlos dentro de las dos tramas pero según avanzas en la lectura todo va encajando pieza a pieza. Me ha gustado mucho como están perfilados todos los personajes, en especial el inspector Mateo Navas un policía recto con carácter que no retrocede nunca y que mantiene su determinación pese a la tensión que, en determinados momentos, suscitan sus investigaciones. Un libro que nos muestra hasta dónde puede llegar el ser humano cuando hay vencedores y vencidos y como el pasado siempre está ahí, por más que queramos que desaparezca. En este caso es, además, un pasado que va condicionar las actuaciones de algunos de los personajes en el presente. Sin duda una novela negra que merece la pena. + Leer más |