Lobizona tiene un inicio trepidante, adictivo. Te presenta una protagonista que tiene más de antihéroe que de heroína al uso y una situación de vida absolutamente insostenible. Y, cómo no, te presenta un misterio: el pasado de su familia. Pero tras esta parte inicial de la novela, cuando nuestra protagonista se adentra en un mundo fantástico sacado del folclore argentino, la cosa se empieza a torcer. Me costó un mundo imaginar los lugares ya que las descripciones de la autora me parecían ambiguas y e incluso vagas en algunos casos. No conseguí conectar con la mayoría de personajes, sintiéndonos en muchos casos como de pega. El final resultó demasiado precipitado. Ese misterio que lleva a Manuela de cabeza al inicio de la historia, resuelto prácticamente sin esfuerzo por su parte. Tiene segunda parte, cazadora, que aún no está publicada en castellano. |