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A trote de caballo por los inmensos llanos orientales venezolanos, surcando el Arauca en bongo, llegamos a Altamira y a El miedo, gigantes haciendas pertenecientes a los protagonistas de la historia: Doña Bárbara y Santos Luzardo. Uno de los mayores retos a los que el lector se enfrenta al abordar esta historia, es al característico vocabulario propio de la región, lo que dificulta el entendimiento, sin embargo, es una historia que vale totalmente la pena. Los protagonistas representan ambas caras de la naturaleza humana, la parte civilizada y la impulsiva que no sigue más que sus propios deseos, este contraste crea un mundo fascinante. Debo decir que es un libro bastante breve, no he podido liberarme de la sensación de querer saber más, la historia ha quedado corta, si bien la evolución de los personajes fue sumamente interesante, añadir un poco más de acción y misterio habría quedado muy bien. |
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