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Segundo libro de la trilogía Memorias de Idhún escrita por Laura Gallego. Seguimos las aventuras de nuestros jóvenes protagonistas después de los sucesos ocurridos en el primer libro. La Resistencia acabó en un punto muy interesante y tenía ganas de saber cómo continuaba la historia, desgraciadamente, el libro sigue dando vueltas y más vueltas sobre el trío amoroso de algunos de los protagonistas. Esto, ha hecho que la historia se me hiciera lenta y pesada. En realidad, me esperaba un libro con más acción, pero va más enfocado en que cada personaje protagonista se encuentre a sí mismo. Se conozca y acepte sus limitaciones. Esto estaría muy bien si no fuera tan repetitivo y se centrara tanto en lo mismo. Jack, Alexander y Victoria se pasan casi todo el libro suspirando de amor, olvidándose de una profecía de la cual son protagonistas y de un planeta que necesita su ayuda. Se puede entender este comportamiento teniendo en cuenta la edad de los protagonistas; pero para algunas cosas la autora los presenta como muy maduros (mucho para tener solo 15 años), pero para otras son como niños de 10 años. Como parte positiva tenemos Idhún, un planeta bastante distinto a la Tierra. Y en esta novela nos explica su funcionamiento, aunque sigue quedándose corta, ya que nos cuenta las cosas con cuentagotas. En algunos momentos me ha dado la sensación de que volvíamos al primer libro, ya que en algunos momentos se han vivido situaciones que ya hemos visto. Como decía, repetitivo. Puede que si lo hubiese leído con 15 o 16 años el libro me hubiese encantado. Además, hay que tener en cuenta que, en su fecha de publicación, innovó en la literatura juvenil española y la fantasía escrita en español. Pero al leerlo ahora veo bastantes fallos en la trama. En resumen, un libro que podría recomendar a aquellos jóvenes que quieran iniciarse en el mundo fantástico ya que, pese a tener un buen número de páginas, se lee de forma ágil. Pero aquellos que ya tengan cierta familiaridad con el género considero que Gallego tiene libros mejor escritos y con mundos más complejos. |
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