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Las Dumas y Mannawinard no pueden ser más diferentes. Hace años Tara, Diosa de la naturaleza, se rebeló ante el abuso que estaban cometiendo los humanos mediante el desarrollo de avanzada tecnología y la contaminación que eso supuso y que estaba destruyendo el mundo. Tara invadió la tierra con su manto verde, sepultando ciudades a su paso, y su venganza hizo que la humanidad se dividiera. Por un lado, los humanos reticentes a volver su mirada a la naturaleza viven en las Dumas, ciudades altamente tecnológicas donde se desarrollan las últimas vanguardias que desafían cualquier limitación corporal y, por ende, a la mismísima diosa. Por otro, otro grupo de personas amantes de la naturaleza y su magia se refugia en Mannawinard, un inmenso bosque verde donde viven semi-salvajes. Ambos bandos se odian y temen a partes iguales, por lo que llevan desde que se produjo el desastre completamente separados. Además, entre las Dumas y Mannawinard se expande una extensión de tierra muerta y contaminada llamada los Páramos, zonas baldías en las que apenas se puede sobrevivir a causa de su toxicidad y que actúan como frontera entre estos dos mundos. La historia comienza con Kim, una capaz mercenaria a la que le encargan robar un robot de Nemetech, una de las compañías tecnológicas más importantes de las Dumas y que se especializa en la creación de IAs. Kim no sabe por qué el ejemplar que le encomiendan es tan importante, pero en el momento en el que su robo sale más o menos exitoso, será perseguida por alguien que desea matarla a toda costa y recuperar a ese robot en particular. La historia continúa con Keyko, una joven guerrera perteneciente a la Orden Mística de las Hijas de Tara, un grupo de chicas a medio camino entre sacerdotisas y luchadoras que viven en un templo bajo la protección de la Diosa. A Keyko le encomiendan una importante misión que consiste en entregar un mensaje vital al otro lado de los Páramos. Mientras Kim huye desesperada intentando entender qué ha ocurrido y por qué el robot parece ser la clave de algo mucho más grande de ella se topará con Keyko en los Páramos, quien la ayudará a salir de una situación de peligro. A pesar de odiarse desde el principio, sus caminos viajan en la misma dirección y sus destinos parecen entrelazados. ¿Serán capaces de cumplir sus respectivas misiones sin matarse la una a la otra? La dicotomía entre naturaleza y tecnología es una problemática que ha sido abordada en numerosas historias de fantasía y ciencia ficción, pues dicho conflicto es una constante en la trayectoria de la humanidad y de hecho sigue a la orden del día, lo que hace que de esta una novela muy actual. Sin embargo, tal y como caracteriza a esta autora, Laura Gallego consigue utilizar un tema trillado, hacerlo suyo dándole un toque muy personal y convertirlo en algo diferente capaz de cautivar al lector y de adentrarlo en la frondosa Mannawinard y las excitantes Dumas. Esta lucha entre la naturaleza y la tecnología tienen su máximo exponente en nuestras heroínas principales, Keyko y Kim respectivamente. Las dos han crecido con creencias opuestas y considerando al otro su enemigo más acérrimo. La tecnología solo produce contaminación y una serie de inventos avanzados y de modificaciones de la propia naturaleza que van completamente en contra de lo que la Diosa Tara enseña y protege. Por otro lado, los urbanitas consideran que aferrarse a lo natural es quedarse anclado en el pasado, en lo salvaje, mantenerse estancados cuando hay un mundo de posibilidades casi infinitas gracias a la ciencia y los avances tecnológicos. Es por estoy que ni Kim ni Keyko pueden comprenderse mutuamente al principio, ya que sus mentalidades no pueden ser más opuestas. Y más cuando Kim descubra que Keyko puede hacer magia (algo completamente aberrante y peligroso para los urbanitas y una capacidad que solo poseen los hijos de Tara), lo que hará que su enemistad crezca aún más pues mientras Keyko trata de usar su magia para ayudarse a ella misma y a su compañera cuando sean atacadas y heridas, Kim no lo verá de la misma manera. Entre ambas protagonistas terminará surgiendo una amistad preciosa en la que limarán sus asperezas y harán un esfuerzo por entender la mentalidad de la otra, descubriendo así que ni Tara es todo belleza y pureza, ni la tecnología es pura contaminación y destrucción, sino que los dos aspectos son complementarios y que la única forma de que el mundo se mantenga en equilibrio es que las dos caras de la misma moneda se acepten. Por supuesto, Kim y Keyko no estarán solas en su aventura, sino que un elenco de personajes secundarios se irán uniendo a su viaje. El primero es la IA que roba Kim, quien resulta ser un androide extremadamente inteligente que termina adquiriendo el nombre de Adam. Es capaz de ir evolucionando conforme avanza la trama no solo físicamente (pues estos robots son capaces de formar su propio cuerpo humanoide con los elementos que van encontrando a su paso), sino en cuanto a su compresión de la lógica y los sentimientos humanos. Además, Adam es bastante especial y pronto las chicas descubrirán que posee una cualidad única por la cuál todo el mundo quiere tenerlo en su poder. En el reino de Mannawinard conocerán a Semira, una mujer perteneciente a los Ruadh, guerreros entrenados para proteger el bosque de posibles amenazas externas. Es valiente, poderosa y decida y estará dispuesta a hacer lo que haga falta por proteger su tierra, a sus gentes y su estilo de vida, incluso si eso significa abandonar su hogar en compañía de una urbanita como Kim para ayudarlas en su misión. Por último, se unirá a este peculiar grupo Chris, un habilidoso hacker a quien Kim conoce gracias a otros encargos que ha tenido que realizar y cuyo conocimiento de internet y de los sistemas tecnológicos que rigen las Dumas serán fundamentales para desentrañar el misterio en el que están envueltos (y cuya personalidad y nombre son un claro guiño a Kirtash, de la trilogía Memorias de Idhún de la misma autora 😉) La trama, en apariencia sencilla, se va complicando conforme avanzamos en la novela y pronto el lector se da cuenta de que detrás del robo del robot y del encuentro casual de Kim con Keyko se oculta algo mucho más grande e incluso aterrador, una incógnita que apenas somos capaces de vislumbrar y que nos sorprenderá muchísimo cuando se revele al final. La pluma de Laura Gallego es, como siempre, simple pero bonita, con un ritmo muy ágil que te permite sumergirte en la historia y sus curiosos y mágicos parajes casi sin darte cuenta. Además, esta reedición de Minotauro cuenta con ilustraciones de las runas que emplea Keyko para su magia, una ayuda visual muy útil. El único pero es que los capítulos son demasiado largos y eso hacía que no pudiera cortar la lectura fácilmente, ya que no me gusta dejar los capítulos a medias, pero si no sois como yo no creo que sea un impedimento real a la hora de enfrentarse al libro. En Las hijas de TaraLaura Gallego demuestra una vez más que su obra no decepciona. Tiene todos los elementos que me encantan de esta autora (argumento sencillo que oculta algo más, protagonistas femeninas fuertes y valientes, ritmo trepidante, personajes carismáticos...) y es un libro que se disfruta de principio a fin. Enlace: https://notodoesfantasia.blo.. |
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