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Nos encontramos ante una historia que, aparentemente es realista, para dar paso a un relato de ficción, vivido desde la perspectiva de un niño de siete años, que se ve envuelto en una extraña realidad de la que no sabe salir. Es una bonita historia acerca de la amistad, del temor a lo desconocido y los deseos más primarios de las personas, que llevan al lector a desconectar por completo de la realidad y de la cotidianidad del día a día. De sencilla lectura y corto, no se hace pesado, salvo en contados puntos, en los que la lectura puede "atragantarse" y resultar reiterativa. Si hay algo que no me ha gustado, es el hecho de no tener una clara moraleja y que el personaje principal, tras sufrir una clara evolución, acabe resultando totalmente plano. ¿Cómo se puede mejorar en la vida si olvidas todos tus errores? Realmente tengo dudas de lo que Neil Gaiman trata de transmitir con esta obra. |
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