El océano al final del camino

𝐒𝐞𝐠𝐮𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐨𝐜𝐞́𝐢𝐬 𝐂𝐨𝐫𝐚𝐥𝐢𝐧𝐞, 𝐝𝐞𝐥 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐚𝐮𝐭𝐨𝐫, pues bien, esta novela es del mismo estilo. Es decir, Gaiman tiene ese don de escribir novelas en apariencia juveniles, pero que dentro albergan una gran belleza y un mundo sin comprensión, que muchas veces nos cuesta entender.

Belleza y rareza. Todos los personajes son extraños, algunos más, otros menos, pero ninguno se libra de ser especial. La historia está contada de una manera muy sencilla y desde la perspectiva de nuestro protagonista, un niño que encontrará un "océano" en la granja de sus vecinos.

Fijaos en lo extraño del mundo que ha creado Gaiman, que cuando leí el final, me costó entenderlo. Lo mismo ni llegué a entenderlo bien, porque estamos ante 𝐦𝐮́𝐥𝐭𝐢𝐩𝐥𝐞𝐬 𝐝𝐢𝐦𝐞𝐧𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 y aunque eso ya lo hayamos visto en otros de sus libros, en este caso, nunca se llega a explicar finalmente. No es una pega, todo lo contrario, deja la magia en el aire, para que cada lector piense lo que más le convenga. 𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐆𝐚𝐢𝐦𝐚𝐧 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐜𝐫𝐞𝐚𝐫 𝐚𝐥𝐠𝐨 𝐚𝐬𝐢́.

Aunque estemos ante una trama para público más juvenil, contamos con escenas realmente terroríficas e inexplicables. Brujería, otras dimensiones, monstruos extraños y otros problemas que persiguen a un protagonista tan joven. 𝐔𝐧𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨 𝐦𝐚́𝐬 𝐦𝐚́𝐠𝐢𝐜𝐚, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐩𝐫𝐨𝐟𝐮𝐧𝐝𝐚 𝐚 𝐬𝐮 𝐯𝐞𝐳. Es de esos libros que parece escrito para niños, pero que no es así.

𝐔𝐧𝐚 𝐨𝐛𝐫𝐚 𝐦𝐮𝐲 𝐬𝐞𝐧𝐜𝐢𝐥𝐥𝐚, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐥𝐥𝐞𝐧𝐚 𝐝𝐞 𝐚𝐯𝐞𝐧𝐭𝐮𝐫𝐚𝐬 𝐲 𝐜𝐨𝐧 𝐮𝐧𝐨𝐬 𝐦𝐚𝐭𝐢𝐜𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨 𝐦𝐚́𝐬 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐥𝐮𝐳𝐧𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬. Es lo que más me gusta de Gaiman, que nadie más puede escribir las cosas que él escribe. Todas sus obras me gustan y esta ha sido una de mis favoritas.

¿Os gusta Neil Gaiman?