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Estamos ante una historia muy peculiar, pues un asesino entra en una casa para matar a toda una familia y, por casualidad, el niño pequeño se escapa de la cuna y llega hasta un cementerio, donde los espíritus que descansan en él deciden adoptarlo. Aunque eso no hará que esté a salvo, pues Jack quiere completar su matanza aunque tarde tiempo. Nos adentramos en el mundo del cementerio en común nuestro protagonista, Nadie, va creciendo y entablando relaciones tanto con vivos como con los muertos, siempre sin salir del cementerio para que el asesino no finalice su tarea. El autor construye el cementerio de una forma muy curiosa ya que vamos a encontrar a personajes familiares, otros curiosos… y estos están cada uno dentro de unos límites dependiendo de cómo fueron enterrados y dónde. Por otro lado, nos cuenta la historia de muchos de ellos y su construcción es perfecta. En cada capítulo Nadie irá descubriendo diferentes partes y personajes (con su background). Obviamente están relacionados pero cada uno te va introduciendo como pequeñas historias además de avanzar en la trama principal. Además, tenemos ese avance en la edad del personaje por lo que cada vez veremos esa curiosidad que va floreciendo en él. En cuanto a la pluma del autor, es fantástico cómo nos introduce en la atmósfera e incluye un humor descarado e irónico. En resumen, una historia muy original en la que su ambientación nos absorberá por completo y disfrutaremos mucho de sus personajes. |
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