 |
Nobody Owens (también llamado Bod) es criado por fantasmas en un cementerio cercano a la casa en donde toda su familia fue asesinada por un misterioso hombre. Con algunos saltos temporales y capítulos largos vamos conociendo su relación con los residentes del cementerio y acompañándolo en su crecimiento y aventuras; en sus miedos y deseos de conocer el mundo más allá del cementerio, un mundo que representa peligro, ya que el asesino no se olvidó de él y sigue buscándolo. Los personajes, tanto principales como secundarios, están muy bien construidos. Pude encariñarme con muchos de ellos, especialmente llegando a los últimos capítulos del libro. Lo que más me gustó fue encontrarme con un final capaz de emocionarme hasta las lágrimas, un final que no esperaba que llegara con un efecto tan poderoso en mí; esto no quiere decir que no me gustara la historia antes de terminarla, sinceramente pensaba que no me iba a encantar. Me equivoqué. A simple vista parece una historia infantil, pero realmente es mucho más que eso. Lo recomiendo para todos, sin importar la edad. Es un libro que tiene algo para enseñarnos en cualquier etapa de la vida. Las ilustraciones de Chris Riddell son hermosas, reflejan la atmósfera del cementerio perfectamente. |
>
