La obra es juvenil, aunque he de decir que a mí me ha encantado. Narra las aventuras de un grupo de jóvenes que van a celebrar el cumpleaños de Altea a una casa muy peculiar en la que la ciencia tiene un papel primordial. Es una especie de scape-room peculiar, entre un grupo de compañeros de clase (que no amigos) muy dispares entre sí. Los diferentes retos a los que les somete el Doctor Melgar son megadifíciles, para cerebritos, pero gracias a que son muy listos y que uno de ellos tiene una pequeña ayuda (aunque él no lo sepa), los van resolviendo de manera espectacular. Y les hace trabajar en equipo, acercarse, conocerse, rivalizar, descubrirse a ellos mismos y a los demás, y vencer inseguridades y dudas propias de la edad. Se trabaja la cooperación, la amistad, los prejuicios, la adicción a las nuevas tecnologías, la rivalidad, el amor, la superación, la maduración, el amor familiar, el respeto,… Las pruebas me han parecido superinteresantes y superdifíciles, pero aunque no seas un genio de la materia (como es mi caso), te permite seguir el proceso y te sorprende. La estratagema final me sorprendió (no me lo esperaba, aunque he de decir que me chirriaba el exceso de protagonismo de un integrante) y me enterneció. Genial. ¿Que si lo recomiendo? Pues sin dudarlo sí, me ha encantado, y si tenéis un jovenzuelo/adulto en casa fanático de la ciencia, este es su libro, no lo dudéis, le gustará. + Leer más |