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Esta es la precuela de Los pilares de la tierra, como siempre, Ken Follet nos adentra en la vida de la Edad Media, en esta ocasión con las invasiones vikingas, pero no deja de lado el eje central de esta saga, pues la construcción sigue presente en la novela. En esta ocasión el protagonista es constructor de barcos y como en sus personajes constructores anteriores, nos muestra a un hombre de gran capacidad, erudito sin proponérselo, pero que se adelanta a su época. Es como si la memoria genética interviniese y a partir de él, tiene sentido la visión constructiva y espacial que los personajes de novelas posteriores, han heredado y mejorado La protagonista femenina es una mujer de carácter y que sabe lo que quiere, el problema es su género. Nos muestra con brutal sinceridad el papel de la mujer en esa época, sin importar la clase social. Un tiempo histórico donde las violaciones eran algo tan normalizado que ni se castigaba al culpable. Un libro apasionante que nos introduce a un pasado lejano, pero que en ocasiones no nos lo parece tanto, cuando lees las noticias de periódicos. Aunque se ha avanzado para erradicarla, la violación sigue siendo una de las aberraciones que el hombre no ha erradicado de la sociedad |
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