La delicadeza

Y seguimos con las Lecturas Conjuntas de los libros de David Foenkinos. Si en abril me estrene en esta forma de leer y con este autor con la novela “Número Dos”, en mayo las Chicas Foenkinos nos hemos animado con una de las obras más populares del autor, “La Delicadeza”. Como curiosidad, señalar que hay película de este libro, una adaptación que corrió a cargo del propio autor y de su hermana. Y que fue protagonizada por una de las actrices más populares del cine francés, Audrey Tautou, la cual me pega mucho para el papel principal femenino según como es descrita física y psicológicamente.

La vida de Nathalie es como una tranquila tarde de primavera. Ninguna nube parece perturbar su trabajo en una multinacional y su simple, pero perfectamente plena, relación con su marido Francoise. Por desgracia la tormenta no tardará en desatarse cuando Francoise muera en un accidente de coche, despedazando por dentro a Nathalie. Sin embargo, la vida se empeña en continuar, algo que la joven descubrirá cuando menos se lo espere.

Al principio, la novela empezó muy bien según mi gusto. Foenkinos tiene un estilo muy simple y directo, pero su prosa también tiene muchos matices y sensibilidad. La historia es muy sencilla, de esas que necesitan desarrollarse poco a poco para que pueda tener una opinión más clara sobre ella. Pero la forma que tiene el autor de escribir me parece tan especial que hace que sea muy fácil empatizar con la protagonista, por la forma en que su sufrimiento está tan bien descrito, de forma que uno se puede meter en su piel. Un puntazo para mi fue el detalle de que también ponga el foco, brevemente, en Charlotte, la mujer que causó el accidente y ver como le afectó. de ahí que me haya decepcionado un poco que no se pusiera más la atención en este personaje, que su aparición quedase en algo anecdótico. Entiendo que al final esta es la historia de Nathalie (y de alguien más como no tardaremos en comprobar), Pero me hubiera gustado saber más de la otra cara del accidente, de cómo es una desgracia tan imprevisible y fortuita de la que uno tiene la culpa sin comerlo ni beberlo afecta la vida de uno.

También me llamaba mucho la atención dos cosas: por un lado, los pequeños párrafos que intercalar con la narración con anécdotas e información, de alguna manera me parece que complementan la narración incluso cuando, muchas veces, parecen que están ahí de simple relleno. Y por otra parte, lo cinematográfico que me ha parecido todo. Leyendo me he dado cuenta de lo francés que es todo, especialmente la forma de narrar. En serio, a toda la lectura la sobrevuela una atmósfera muy de comedia francesa, muy reconocible y particular. Lo noto más que con “Número Dos”. Me ha dado la impresión de que cuando escribió la novela, Foenkinos ya tenía la idea de convertirla en película, que en cierto modo ya estaba preparando ese guión.

Me impresiona y alucina la capacidad de Foenkinos de componer historias tan bien hilvanadas y solidas a partir de premisas tan sencillas. “La Delicadeza” fluye increíblemente bien sin necesidad de giros de guión impactantes y grandes situaciones. Es una historia de las cosas pequeñas, de los pequeños grandes dramas que en algún momento azotan las vidas de todo, que aunque modifiquen nuestro mundo no lo hacen con nada más. Y es por eso que todo funciona tan bien, ahí está su gracia y su fuerza. Hubo un momento en que parecía que el autor no necesita mucho para componer la trama de este trabajo, que no era preciso algo tan impactante y llamatico como el revulsivo del boom de Harry Potter y la cara b del éxito para contar una historia con sustancia y fuerza.

Y ese ha sido mi gran problema con esta lectura. Ese “hubo un momento en que parecía…”

Llegados a tercer cuarto del libro (tercera meta de la LC) se me rebajaron las expectativas con esta lectura, ya que en ese momento me empezó a aburrir un poco. Honestamente, me alegro que este libro haya sido tan corto. No me ha desagradado, ojo. Pero me pareció que todo era tan previsible que no le veía mucha gracia a la lectura. Especialmente cuando se ve tan claramente por donde van a ir los tiros entre Nathalie y su subalterno, el sueco Markus. Tengo que decir que cuando leo no soy muy fan de que se extienda demasiado el coqueteo entre personajes, el que uno sepa dónde va acabar todo pero los personajes y la trama “conspiren” (por así decirlo) en retrasar ese momento.

Ojo, me encanta como escribe Foenkinos. Y creo que lo que mejor puede hacer por el lector es componer una historia tan ágil y dinámica. Desde luego “La Delicadeza” no es un libro ambicioso, trata sencillamente de los pequeños grandes dramas que en algún momento azotan las vidas de todo, que aunque modifiquen nuestro mundo no lo hacen con nada más. Y es por eso que todo funciona tan bien, ahí está su gracia y su fuerza. de ahí que me parezca que su estilo incide más en este aspecto. No es una trama ambiciosa y creo que eso facilita su lectura y el que resulte interesante.

de todas maneras, durante el resto de la lectura espere algún giro de guion o acontecimiento mínimamente impactante, ya que para mi que entre tanta placidez y tanto intimismo eso haría que la lectura fuera más interesante y destacase más. Esperaba que hubiera algo que relanzase la narración, que hiciera que avanzase y se volviera interesante. Y haberlo lo hubo. Pero para mi se quedó en muy poquita cosa, no generó tantas cosas como me hubieran gustado. Me siguió quedando la impresión que desde su tercer cuarto la obra había ido perdiendo gas y al final ha intentó recuperarlo sin mucho éxito. Y siento que lo mismo puede aplicarse a los propios personajes. El de Nathalie,que las partes anteriores de la novela no me decía nada, ahora me daba mucha pereza. Markus no, Markus la verdad es que me hazo bastante gracia y me dio mucha ternura, sintiendo mucha empatía por él. Y el del jefe, Charles, nunca dejó de parecerme un baboso de mucho cuidado y de darme repelus.

De todas formas, de todo esto creo que la culpa la tuvieron mis expectativas y lo que esperaba encontrarme leyendo. Foenkinos no es esa clase de autor, es demasiado intimista y sutil. Esa es la gracia que tiene leerlo, y creo que el como te lo tomes hace que te encante o que te aburran soberanamente sus obras.

Al igual que en la novela que leí el mes pasado del mismo autor “Número Dos”, “La Delicadeza” tiene algo de alegato contra la sociedad actual y su forma de juzgar a las personas y comportarse. Alegatos con los que es fácil sentirse identificado y tener una opinión, por lo rabiosamente actuales que son y por la forma en que todos hemos sido víctimas de ellos (y seguramente también verdugos). Como por ejemplo, la manía de la gente de juzgar la vida de los demás en vez de dejarles en paz. Es una presión social que ya está como muy implantada, y en la que cae muchas veces por pura inercia. O como el mundo y los demás sienten la obligación moral de tratar de hacer que una persona siga con su vida o pase página tras un suceso trágico. Obviando que cada uno de nosotros tiene sus tiempos y el derecho hacer con su vida lo que le dé la gana. Y también es un alegato hacía esa “delicadeza” que todos tenemos dentro y que a la vez buscamos en los demás, esa necesidad que como seres humanos tenemos no solo de recibir afecto, también de darlo. de sentir que hay alguien que nos conecta con el mundo, que ni podemos (ni queremos) estar solos.

En fin, todo muy predecible. Quizás no tanto los medios como iba a suceder, como los resultados finales. Pero tampoco creo que el autor tuviera ninguna otra intención, solo la de crear una historia simple y buen rollista con la que uno pueda sentirse identificado, en la que se pone en relieve la belleza y el encanto de las relaciones simples pero reales, la necesidad que todos tenemos de amor y afecto dentro de nuestras vidas, y como la vida se las ingenia para sorprenderte cuando menos te lo esperas, como de fuerte es para continuar incluso aunque tú no quieras. Esa enseñanza reconozco que me parece muy bonita y encantadora, y es lo que ha conseguido que el libro al final me haya dejado bastante buen sabor de boca. Me encanta como escribe Foenkinos, hay fuerza y belleza en su prosa. Hay que reconocerle el mérito de crear en poco más de 200 páginas una historia que se hubiera podido contar en 80, en la que no sobra apenas nada y que fluye tan bien la mayor parte del tiempo. Una historia tierna, simple y cercana; que a la vez tiene algo de crudo. Creo que si hubiera leído esta novela del tirón (algo que es relativamente fácil por su brevedad y por la sencillez de su prosa) la habría disfrutado más. al haberlas leído en una lectura conjunta, me ha dado tiempo para ver con más detalle las fallas que tiene esta historia para mi gusto. Si lo hubiera leído más rápido, no habría tiempo de percatarme de todo ello al menos con tanta profundidad. Quizás no hubiera visto que tanta delicadeza le quita a “La Delicadeza” bastantes puntos en cuanto a su escasa trama.