Unas galletas de muerte

En “Unas galletas de muerte” Hannah, una joven propietaria de una panadería, se encuentra al repartidor de leche asesinado en la parte trasera de la tienda. El encargado de la investigación es su cuñado Bill el cual se aprovechará de la posición privilegiada de Hannah para que le ayude a investigar entre los vecinos.
Lo que parecerá unas pequeñas conversaciones sin importancia, acabará metiendo a nuestra protagonista en serios problemas.
Esta novela se trata de un género que está ahora mismo en auge que se llama “Cozy Mistery” o “Cozy Crime”. Este género se caracteriza por ser novelas policíacas pero de una manera endulzada, es decir, omitiendo las escenas más lúgubres y explícitas.
Es el primer libro de este género y tenía mis dudas de si iba a ser para mi ya que una de las partes que más me gustan de las novelas de suspense son esas escenas mas truculentas por lo que me ha resultado toda una sorpresa que me haya gustado tanto.
En primer lugar, la autora ha sabido mantener la línea y el interés del lector en todo momento. Los personajes están bien construidos. La descripción y la idea que te haces del pueblo junta a esas recetas que la autora nos va intercalando a lo largo de la novela son muy entrañables.
Me he pegado gran parte del libro con una teoría que casi sentía afianza pero que el final ha tirado por la borda y me ha dejado completamente sorprendida.
Se trata del primer libro de lo que va a ser una saga de novelas.
Un libro perfecto para aquellos amantes de las novelas policíacas tipo Agatha Christie y para aquellos que deseen empezar con las novelas de suspense de una manera más light.