El gran Gatsby

Siempre suelo coger con una mezcla de miedo y escepticismo los “grandes clásicos de la literatura”, pues tengo miedo de que me decepcionen, pero, al mismo tiempo (y por experiencias pasadas), tampoco espero que sean la gran maravilla por la que son tan conocidos. Sin embargo, El gran Gatbsy ha logrado sorprenderme, atraparme y conquistarme, con una narración tan alegre, dinámica y exquisita que es muy difícil de encontrar en otros libros. Después de leer esta obra, no pudo más que lamentarme porque el gran narrador Scott Fitzgerald no pudiese tener una obra prolífica como otros autores, porque su forma de escribir es única y bella, al tiempo que un poco abrumadora por su gran capacidad de construir escenas y ambientes.

Además de una gran narración, en esta obra encontramos a personajes diversos y que reflejan muy bien esa etapa en la que la juventud da paso a la adultez, paso que nadie quiere dar y al que el grupo de protagonistas se resiste. Nick, el narrador de la historia, quiere convertirse en un adulto y por ello da el paso de irse de casa, pero al poco tiempo se ve atraído por el mundo de Gatsby y, por muy maduro que quiera parecer, sigue sin atreverse a avanzar y dar los pasos necesarios para poder ser realmente un adulto independiente. Gatsby es como un niño grande, se vanagloria de su vida de idas y venidas, da fiestas ostentosas y parece disfrutar de la vida, pero al mismo tiempo sigue anclado en un amor pasado al que se aferra para seguir viviendo. Creo que es por esto por lo que los dos personajes se entienden, ninguno es capaz de dar el paso y convertirse en el adulto que la sociedad espera que sean, pero tampoco son capaces de admitir este hecho y prefieren vivir con una mascara puesta. al resto del elenco de personajes le pasa algo similar y se dejan arrastras por ambos, especialmente por Gatsby, que, sin ser el narrador, es el gran protagonista y el que mueve los hilos que desencadenan la acción.

La historia que se narra es una de amores perdidos y rotos, de sueños y esperanzas, de encontrarse a uno mismo y de lograr alcanzar la ansiada felicidad. Es una historia interesante que sabe jugar con le lectore a través de medias verdades y de unos personajes que ocultan muchas cosas, lo que ayuda a que no puedas parar de leer. Lo único que no me ha terminado de convencer es el final, en algunas partes precipitado y en otras muy lento, terminando de una forma lógica, pero un poco descafeinada. de todas formas, creo que es un libro que merece la pena leer y que por su narrativa y brevedad puede leerse en apenas una o dos tardes.

Irbis.