El lugar de una mujer es el hogar sentada junto al teléfono los hombres echan canas al aire y las mujeres echan canas |
El lugar de una mujer es el hogar sentada junto al teléfono los hombres echan canas al aire y las mujeres echan canas |
Pero en medio de todo eso, una cosa grandiosa que comenzaba a pasar - y que todavía, muchas décadas después, no deja de pasar - es Star Wars. Estábamos filmando Star Wars en Londres en 1976, y ninguno de nosotros teníamos la más remota idea de cómo iban a cambiar nuestras vidas una vez que la película se estrenara el año siguiente. |
- ¿Y qué pasa con todos esos tíos de los que me hablaste? Ese tal Rob, el fotógrafo, y Fred, y Buck y... ¿Fred?- dije frunciendo el ceño- No me acosté con él, solo lo conozco. !Tú también lo conoces! ¿Significa que te acostaste con él? - Sin esperar una respuesta, y en tono un tanto indignado, añadí- No me acuesto con todos los hombres que conozco o menciono en una conversación !Si crees que me he ido a la cama con todos los hombres que aparecen en una de mis historias debes de pensar que soy una zorra! |
Nunca antes había sido la princesa Leia, y ahora lo sería eternamente. NUnca dejaría de serlo. Entonces no sabía cuán profundamente cierto era eso ni cuanto duraba la eternidad
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En ocasiones llamo por teléfono a la gente no solo para comprobar que sigo viva, sino para que ellos, aunque sea de un modo indirecto, me convenzan de que vivir es un estado que me conviene. Porque de vez en cuando no me parece una gran idea. ¿Merece la pena intentar vivir la vida para que un día te brinde algo que merezca la pena, en lugar de que casi siempre te quite cosas que merecen la pena?
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Me gustaba ser la princesa Leia. O que la princesa Leia fuese yo. Con el tiempo nos fusionamos en una sola persona; no creo que nadie pueda pensar en Leia sin que yo merodee también por sus pensamientos. Y no estoy hablando de masturbación. Así que la princesa Leia somos dos, en plural
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-Soy una paleta -recuerdo que le dije. No -contestó Harrison-. Te subestimas. Si acaso, eres una paleta lista. -Y añadió-: Tienes los ojos de una cierva y las pelotas de un samurái.
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Estar dentro de mi cabeza no tiene nada de atractivo. Es un lugar agradable de visitar, pero no quiero vivir ahí dentro. Está demasiado concurrido, hay demasiadas trampas y escollos.
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Me asusta el poder sobre mí que le he otorgado y del que casi con toda seguridad abusará solo por no ser totalmente consciente de que lo tiene.
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Menos realimentación emocional e intelectual, menos tibieza, menos aprobación, menos paciencia y menos reacción. Cuanto menos, mejor
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Es un retelling de...