En una ocasión, mi madre me dijo que tratar de encajar en un lugar al que no perteneces era como llevar unos vaqueros dos tallas más pequeños. Te estrangulan poco a poco y te exprimen hasta a última gota de vida. Al final, te quedas atascado, sin poder avanzar y completamente solo, con los fragmentos irreconocibles de alguien que una vez fuiste como única compañía.
|