El pintor de almas

Hay novelas, lo he comentado muchas veces en varios sitios, que sin saber el motivo esperan mucho tiempo en las estanterías a ser leídas por los lectores y, por el contrario, hay novelas que atraen quizá un poco más y se leen enseguida. La novela que vengo a reseñar en el día de hoy es una de esas novelas que se tiran mucho tiempo en las estanterías y tengo que reconocer que he cometido un fallo al tardar en entrar en el entorno de "El pintor de almas" del escritor Ildefonso Falcones, el mismo que escribió "La catedral del mar", "Los herederos de la tierra" entre otras novelas. 

 

"El pintor de almas" también es una novela de corte histórico pero a diferencia de sus anteriores novelas, Ildefonso Falcones nos trae una época un poco más reciente a nuestros días. En esta historia nos trae la Barcelona modernista. Reconozco que nunca había prestado la suficiente atención al movimiento modernista y eso que Cartagena, ciudad en la que nací y en la que sigo viviendo, también cuenta entre sus edificios con huellas que dejó el modernismo: el Gran Hotel, el Ayuntamiento, Palacio de Aguirre, la estación de tren y muchos otros. 

 

Entrando en materia, en "El pintor de almas" vemos una sociedad barcelonesa muy dividida en dos grandes clases sociales: los obreros que no paraban de pasar penurias y pobreza; y por el polo opuesto se encontraban los burgueses y los ricos que se beneficiaban de las miserias de los obreros. Y en medio de toda esta situación nos encontramos con Dalmau Sala, casi un apátrida ya que deberá escoger seguir a sus ideales y su amor por Emma o, por el contrario, seguir los dictámenes de su maestro en el taller de cerámica don Manuel Bello.  

 

La vida de Dalmau, el lector que opte por leer "El pintor de almas" lo podrá comprobar, se convierte en una verdadera montaña rusa de emociones y sensaciones que le hará tomar caminos que, a lo mejor, no son los más adecuados para él. Lo que tiene entre manos Dalmau no es para nada fácil. A lo que se debe enfrentar Dalmau Sala en la novela no se lo deseo ni a mi peor enemigo que, por suerte, no tengo. Es tan complicado lo que debe hacer Dalmau que, una vez que he terminado de leer la novela, no tengo ni la menor idea de qué haría si estuviese en la misma situación que Dalmau Sala.