La bisa

Tuve el placer de conocer a M. J. Arillo en una de mis numerosas visitas a Rara Avis y no sabía yo lo que se avecinaba. Resulta que una conversación llevó a la otra y acabé enterándome de que M.J. era ilustradora y que tenía un libro ilustrado (El gran viaje de Silvestre) casi salido del horno junto a Cristina Expósito, a la que conocí en la presentación de este aventurerro pajarillo.
Nada más leer ese libro me enamoré de la pluma y las ilustraciones de estas dos fenómenas.
Pues bien, no contentas con hacernos disfrutar con Silvestre, nos sacan ahora un álbum ilustrado sobre lo más preciado para nosotras: las abuelas y bisabuelas.

La bisa es una historia que envuelve tus recuerdos.
Gracias Dios tuve la suerte de conocer a mi bisabuela, aunque se fue cuando yo tenía apenas 5 años. Recuerdo muchísimas cosas que viví con ella: que me bañaba, literalmente, en su colonia (a sabiendas de que mi abuela nos reñiría porque iba apestando a colonia Nenuco por todos lados y se le acababa el bote en dos tardes conmigo), que si ella iba al baño, yo cogía mi escupidera y allá que iba con ella, que si mi bisa comía, a mí me entraba hambre y acababa comiendo también... 😂
Cosas que recuerdo con muchísimo cariño.
Pues este libro os llevará a esos recuerdos de vuestra infancia.

Recuerdo cuando, al traerme mi prima el libro (fue mi regalo de Reyes 💗), mi abuela se sentó en el sillón y se lió a pasar páginas, leyendo cada una y, con lágrimas en los ojos, nos dijo: esta abuela es como yo.
Eso ha hecho que este libro sea aún más especial. Porque el día que me falte, yo cogeré este álbum, lo volveré a leer y diré: Sí, es como ella.

Por eso quiero dar las gracias a mi prima Rocío, por este maravilloso regalo. Por haberme hecho recordar más aún a la abuelita María. Y porque ahora, tu hija, la pequeña Rocío, será la que llene de recuerdos esas páginas con sus bisas Carmen e Isabel.
Y a ellas, a Cristina y M.J., por escribir magia pura. Por hacernos viajar a nuestra infancia con cada cosa que escriben. Porque, juntas, pueden crear cosas maravillosas. Mil gracias por vuestro talento.

No hay estrellas suficientes para expresar lo que te hace sentir, para expresar lo que mi mente disfrutó en cada página y las lágrimas que solté de nostalgia...
Recomiendo muchísimo leerlo y regalarlo a los más pequeños, porque como Cristina me puso en su dedicatoria: Nunca olvides lo importante que son nuestros mayores.
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