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Arielle no llegó a conocer a su padre, todo lo que sabe sobre él es por la idealización que crea su madre respecto a la imagen que tenía. Llega un punto en el que se cansa de ser «la hija de» y de que su madre no la vea a ella, vea la imagen de su padre. Hasta que ella también muere y la única familia que le queda es su abuela, que ni siquiera le trata como si fuera su familia, sino que la encierra en un internado a mitad de curso y la abandona una noche en casa de un desconocido, Chardin, debido al poder que ella tiene. Su poder es una bendición que solamente sabrá ver gracias a Chardin, quien le ayudará a controlar su telequinesia, pero ella seguirá viéndolo como una desgracia y un peligro para el resto de personas que la rodean. Arielle aprenderá a tener tres vidas: la de estudiante en Sainte Geneviève, la de estudiante de telequinesia con Chardin y la de comportarse como si todo fuera normal en casa de su abuela. Sin duda alguna, la trama es de lo más interesante y llamativa, pero creo que la autora no ha sabido darle el potencial que merecía. La historia está contada en primera persona desde el punto de vista de Arielle y es muy necesario para conocer cómo se siente nuestra protagonista. Es la primera vez que no me ha molestado la primera persona porque está bien llevada y se describe muy bien cómo son esos momentos de telequinesia. Lo que no me ha terminado de convencer es la mezcla que hace la autora de contar los hechos del pasado entremezclado con el presente, creo que podría haberlo contado todo desde el pasado haciendo saltos sin mezclarlo. Sobre todo porque hay cosas que no han tenido resolución, pequeños detalles que contados en el presente, te llevaban a una situación del pasado, pero que luego no se solucionaban. Enlace: https://enunbosqueliterario... |
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