El mundo amarillo

Bien en sus vivencias, como todos en los postulados, Albert Espinosa nos ofrece un libro muy personal, pero bastante mal ejecutado (lo siento muchísimo por sus fans)

Su mundo amarillo es eso, suyo. Un compendio de buenas intenciones y consejos, un libro de autoayuda por más que el autor se empeñe en rechazar la etiqueta.

Y como todo manual de la vida, para unos valdrá y para otros no. Siendo yo de los descreidos, de los que no otorgo la verdad absoluta a nadie y que mi mejor camino es prueba/error pasará sin pena ni gloria.

Me gusta su forma de pensar, me resulta una persona amarilla, alguien al que se le debe escuchar, pero me ha enseñado más en sus vivencias a secas, que en su posterior análisis, listas, preguntas y respuestas de la mágica receta de una vida feliz.

Mucho mejor en su parte más humana, en sus batallitas de hospital y en su infinita humildad, aquí se gana todos mis respetos y la necesidad de abrazarle diciéndole: ¡coño, que grande eres Albert!

El libro sí recoge a una gente maravillosa, esos ángeles del cáncer (todos los sanitarios lo son, pero estos en especial) que deambulan por los hospitales haciéndonos las cosas siempre más fáciles.

Por supuesto, los vencidos y la generosidad de Albert de hacerlos suyos, de vivir por ellos, pues en esto tiene razón, es su mejor homenaje.

Hace un tiempo, puede abrazar a un buen amigo, y pedirle que me dejara ser mi victoria después de tantas derrotas.

Sobre el tema puedo recomendar un libro que he presentado con la autora en varios lugares: Bajo la sombrilla de Lola, novela fresca, cargada de humor y de cáncer, donde Cristina Tamarit no huye del miedo ni renuncia a su esencia.

En cuanto al libro de Albert creo que pudo hacerlo mejor, y aunque la idea que subyace es buena, no lo es tanto la ejecución.