Belleza dorada

Si os gusta el arte y sois fan de Gustav Klimt no podéis dejar pasar la oportunidad de leer Belleza Dorada, una novela de ficción histórica basada en hechos reales.

Situada en dos líneas temporales distintas, Belleza dorada tiene dos protagonistas: Adele Bloch-Bauer y María Altmann, tía y sobrina. Los capítulos del libro van intercalando la historia de una y de otra.

La parte de Adele empieza a desarrollarse en el año 1900 en una Viena que está viviendo un cambio artístico con el auge de pintores como Klimt, al que nuestra protagonista conoce personalmente. Esta parte se centra básicamente en la historia que hay detrás del famoso cuadro “Retrato de Adele Bloch-Bauer I”. Hagan sus apuestas, ejem, ejem.

La parte de su sobrina está ambientada en la Segunda Guerra Mundial y cómo viven la ocupación siendo judíos. Esta parte de la novela me gustó especialmente porque trata el tema de la expropiación de obras de arte y objetos de valor durante la guerra. Aquí María luchará por el legado de su tía, así tenga que encararse con las autoridades.

No es que sea una novela especialmente profunda o emotiva. Pero precisamente me gustó porque no cae en dramatismos. La historia que envuelve al cuadro de Klimt me resultó interesante y cautivadora y la verdad que si sois amantes del arte os recomiendo su lectura.

El cuadro protagonista de esta historia y que une a ambas protagonistas es el conocido comúnmente como el de "La Dama de Oro" y se ha convertido, junto con "El Beso", en todo un ejemplo de la obra del autor.



Aunque la vida de Adele es interesante y dura a su manera, mucho más dramática será la vida de su sobrina, Maria Altmann que sufrirá la terrible persecución a la que sometieron los nazis a los judíos. Porque tanto Adele como María son judías pero no practicantes y tanto en una época como en la otra, los judíos serán vistos como los culpables de todo mal y mirados con inquina y recelo.



Viviendo en plena Segunda Guerra Mundial es lógico que lo más prioritario para Maria no sea, ni de lejos, el cuadro de su tía, lo primero es sobrevivir, pero con el tiempo y tras largos años de respiro, recuperar el retrato de Adele Bloch-Bauer y devolverlo a sus verdaderos dueños (su familia) se convertirá en su última cruzada.
Sin embargo, la historia que me ha mantenido más enganchada ha sido la de María Altmann al margen del cuadro, simplemente como una mujer judía que ha de sobrevivir ante la constante amenaza nazi. El retrato de la Dama de Oro me parece un muy buen hilo conductor y aunque es el eje de ambas historias, no es a mi parecer, tan importante como la figura de esas dos fuertes mujeres que se revelaron a la sociedad y demostraron que con tesón y fortaleza se pueden superar los más grandes obstáculos.


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