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No había leído nada de la ganadora del Nobel de literatura de este año y me encantó. Annie, la autora, recuerda un evento familiar extremadamente violento en el año 1952 que sirve de pretexto para recordar a su vez lo que sucedía en ese año, en ese momento en el que ella tenía 12 años. La escuchamos explicar sus angustias de pubertad, sus miedos reales e infundados que le inculcaron en casa y en la escuela, en fin, reconoce todavía con la vergüenza inicial que su familia no era tan perfecta como quería aparentar y, sí, en su relato todavía encuentras la misma sorpresa y su posterior vergüenza que la atenazó desde los12 años. Este libro tan corto y tan profundo es un vistazo a nuestras hipocresías, nuestros deseos de pertenecer a un mundo burgués, seguro y aburrido, pero es imposible, en algún momento descubres que todos somos una vergüenza. |
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