Era normal tener vergüenza, como si esta fuera una consecuencia inevitable del oficio de mis padres, de sus problemas de dinero, de su pasado de obreros, de nuestra forma de ser... Para mí, la vergüenza se convirtió en una forma de vida. En el peor de los casos er algo que ya ni siquiera percibía: la llevaba dentro de mi propio cuerpo.
|