Barriada, El bordell dels secrets; Érase una vez en la mina

En "Barriada", el autor refleja el ambiente juvenil que subyace en un barrio humilde, donde reina la miseria y que "no acepta a las personas tal y como son, que los arrincona y humilla hasta que dejan de ver lo que realmente les importa, les emociona, les atrae". Un mundo juvenil sin futuro aparente, como el que ya retratase en su cine Pasolini. Jóvenes con sus miedos, sus deseos y con la amenaza de la represión policial pululando sobre sus cabezas. El barrio como un "agujero negro" al decir del prologuista Agustí Villaronga.
"Carlos: ¿Qué mierda ahcemso ene sta vida, Sergio?
Sergio: Vivirla, supongo.
Carlos: Joder, pues si esto es vivirla, sería mejor estar muertos".
Sin embargo el final deja una puerta entornada a la esperanza. El autor demuestra ser un buen dialoguista y capacidad para construir personajes, pero no ha logrado tejer una pieza sin fisuras entre escenas. Además, el lenguaje coloquial, la jerga que con el inexorable paso del tiempo cae en desuso tarde o temprano sustituido por otro lenguaje de moda, igual de pasajero, ayuda a construir a los personajes al tiempo que limita su inteligibilidad futura, cual taberna fantástica.