Nuestra parte de noche

No conocía a Mariana Enriquez, escritora argentina, y elegí su libro ganador del premio Herralde de novela 2019 para acercarme a su narrativa.
Nuestra parte de noche es la historia de un padre, Juan, y un hijo, Gaspar, miembros de una sociedad secreta que rinde culto a San La Muerte. Juan es el médium de la orden y el pequeño Gaspar también está llamado a serlo si su padre no puede evitarlo.
Pertenece al género de terror o, como su autora misma lo define, “horror folk” en el que se recuperan varias creencias paganas como San la Muerte, el invunche, San Huesito, entre otros.
La novela está siempre al borde entre lo real y lo irreal. Parte de referencias históricas concretas de la Argentina de los 70, 80, 90: la dictadura, la llegada de la democracia, el descubrimiento del sida, y sobre ellas enlaza una historia plagada de elementos paranormales y de creencias rituales. El temor real por los desaparecidos o los infectados se superpone al temor sobrenatural y en ocasiones no estamos seguros de qué lado estamos parados.
Es un texto extenso, en el que a veces parece que se pierde el hilo y que la autora se va por las ramas, exasperando al lector que quiere resolver los misterios que se presentan. Los cambios de focalización y de narrador son un gran acierto y junto con una narración no lineal favorecen a que la intriga sea aún mayor.
La crueldad, la soledad en la infancia, los rituales con sacrificios humanos, la herencia, el poder de la oligarquía, el desprecio por la vida humana son los temas que me conmovieron de la novela.
Esta lectura me sacó de mi zona de confort ya que no es el tipo de historias que suelo leer, pero me atrapó de tal manera que no pude soltar el libro y lo terminé en dos días. Es una novela adictiva, perturbadora y oscura en la que el lector se queda pensando mucho después de haber llegado a la última página.