Las cosas que perdimos en el fuego

Qué maravilla volver a leer a Mariana Enriquez. "Nuestra parte de noche" me pareció una obra maestra y reencontrarme con ella a través de sus relatos ha sido un gustazo, más chiquitito, pero un gustazo igualmente.
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"Las cosas que perdimos en el fuego" es un monstruo de doce cabezas, doce caras diferentes que comparten una mueca terrorífica capaz de poner los pelos de punta. Es terror mundano, sucio y cotidiano. Un terror que proviene de lugares cercanos, de un mundo real que se presenta como una pesadilla de la que es imposible despertar. Mariana Enriquez tiene una voz poderosa, feminista, sus relatos van más allá del terror propiamente dicho y se convierten en crítica. La autora nos sumerge en una Argentina turbia para denunciar la violencia, la pobreza extrema, la superstición y lo terrible de una dictadura que aplastó muchas vidas
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Como en todo libro de relatos, unos me han gustado más que otros. Los que más me han gustado son aquellos que huyen del componente sobrenatural y se centran en la realidad más cruda, en el terror patrimonio de los seres humanos. El último relato, el que da nombre al libro, me impresionó especialmente. Se trata de un cuento de horror distópico inspirado en un feminicidio real que no se me va de la cabeza.
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Es un libro muy disfrutable, me ha encantado encontrar entre sus páginas un relato incluido en "Nuestra parte de noche". Personalmente, me ha servido para matar el gusanillo que me dejó su gran obra, pero también es una buena opción para empezar a leer a la autora. Si tuviera que ponerlo un pero, es que el final de algunos relatos lo he sentido algo brusco. Aún así, ninguno me ha dejado indiferente