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Relato autobiográfico donde el autor narra sus vivencias durante casi los dos años que estuvo encerrado en el campo de Auschwitz hasta su liberación. de un valor histórico innegable, “Auschwitz, última parada”, es un libro que había quedado en cierto olvido debido que las dos primeras ediciones neerlandesas, una justo al acabar la guerra y otra en los años 80 no tuvieron gran difusión por la desaparición de las dos editoriales que lo publicaron. La posterior edición en inglés y en otros idiomas la ha hecho llegar al gran público. La gran particularidad de este libro es que aunque es un relato autobiográfico el autor lo escribió en tercera persona, manteniendo el nombre real de todos los protagonistas a excepción del suyo, que le dio otro nombre, creando un alter ego, por la imposibilidad de relatar la historia en primera persona y con su nombre. Nos encontramos con una narración dura (pero ni violenta ni sangrienta), con muchos temas ya conocidos a través de ensayos y biografías publicadas durante tantas décadas, pero con el valor único de ser una escritura realizada durante las semanas posteriores a la liberación del campo, mientras que el autor se mantuvo en él ejerciendo su profesión de médico. Esta narración de inmediatez se ha mantenido a lo largo de los años y en las ediciones del libro, no ha habido correcciones, ni novelaciones adicionales o la creación de un marco más homogéneo para que la lectura sea más satisfactoria. La narración es meramente cronológica a partir de los recuerdos del autor, aunque en algunos momentos vuelve la vista atrás para explicar algunos echos que no había relatado, pero en ningún caso encontraremos excesivas fechas, es más un relato continuo de lo que iba recordando, su intención siempre fue dejar escrito un testimonio de lo sucedido, de todo lo que habían sufrido y en último término explicar lo que él llama la “suerte” que tuvieron algunos en poder sobrevivir a aquella infamia. Y esta “suerte” en gran parte es debida a su profesión, médico, que le permitió poder hacer tareas de “enfermero” aunque era más trabajos de todo tipo en los pabellones médicos, pero donde no estabas totalmente a salvo, al mínimo error o mala mirada podías ir a batallones de castigo o situaciones todavía peores. A parte de conocer de primerísima mano con la opresión que se vivía cada día y de no saber si mañana podía ser el día en que todo se acabara, el relato sirve para profundizar en el funcionamiento del campo, conocer las categorías que existía dentro de él y entre los prisioneros ( más allá de las conocidas marcas en sus vestimentas de rallas ), el poder ejercido por los jefes de barracón que eran aquellos prisioneros más antiguos (presos políticos, presos polacos no judios, ...), así como la utilización de presos comunes (muchos por delitos de sangre) que era utilizados para atemorizar los otros presos o para hacer de guardianes de los barracones. Un relato crudo, de aquellos que cuando uno se pone a leerlos ya sabe que se puede encontrar al iniciar la lectura, y sirve para conocer hasta donde puede llegar la maldad humana y las acciones que uno puede llegar a proponerse en aras de su propia supervivencia y el peso que quedará el resto de su vida en sus espaldas. Pero no me quedaría en simplemente con los ya conocidos hechos deleznables y oscuros, también se pueden extraer historias de valor, de ayuda y de compañerismo entre aquellos que su condición humana prevalió en frente a su propio y mínimo bienestar. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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