Me ha gustado mucho la escritura de Marguerite Duras, traducida en este caso por Ana María Moix. Duras cuenta en este libro autobiográfico su adolescencia en Saigón. A través de saltos en el tiempo, la autora pone sobre la mesa temas como la relación con su madre y sus hermanos, las expectativas que recaen en ella, la muerte, el odio, el amor y la relación con su amante, el hijo heredero de la fortuna de un multimillonario. A pesar de ser una novela corta, los continuos saltos cronológicos en la historia hacen que sea una obra para leer de manera lenta y pausada. Como digo, me ha gustado mucho la manera de escribir de Duras, pero me ha faltado algo más en la historia. |