El sindicato de los reencarnados

Duarte es un gran pintor que durante los últimos años de su vida se dedica de manera obsesiva a dejar todo el legado que puede al mundo. Cree que su arte ha de ser compartido con los demás pero, a la vez, se ha dado cuenta de un hecho pavoroso: el día que muera morirán con él todos los derechos y beneficios que tiene sobre su obra en vida. Debido a eso, decide crear una especie de escuela en la que buscarse a si mismo en el futuro y reclamar lo que tanto trabajo le ha costado ganar en esta vida.
Empieza así una aventura a la caza y captura del talento perdido en el purgatorio que se narra en diferentes hilos temporales y en la que diferentes personajes se van entrelazando, plasmando su realidad en un lienzo y dibujando un panorama que despierta interrogantes en quien lee el libro sobre la forma correcta de proceder en el caso de que de verdad se dieran las reencarnaciones: ¿hasta qué punto sería ético o moral ese tipo de reclamación?, ¿cómo cuidaríamos las relaciones personales, nuestro entorno o medio ambiente sabiendo que íbamos a volver?, ¿de qué manera la vida anterior influiría en la siguiente? ¿nos reconoceríamos los unos a los otros? en medio de estas preguntas subyacen otras cuestiones como la complejidad del mundo del arte, la febril desesperación que acompaña a la certeza no deseada, lo que hacemos con el planeta y el impacto de los gestos más pequeños, los sentimientos bajos y rastreros que acompañan la mediocridad así como el daño que puede hacer el amor desmedido y no correspondido.
Los capítulos los narran diferentes personajes que se han dado a la tarea de buscar sin saber si van a encontrar o no; por el camino nos desvelarán secretos, traiciones y mentiras que nos sorprenderán a medida que los vamos descubriendo y también hay momentos de humor muy subrealistas.
Los personajes al principio te desconciertan un poco hasta que los vas conociendo y situando a cada uno en su lugar; todo lo que hacen tiene su explicación.
La prosa de Ana, al igual que en el libro anterior, no cuenta las cosas en línea recta sino que viene engalanada y adornada de figuras literarias para describirnos como sería ese hipotético futuro marcado en cierta medida, o no, por la persona que se fue en la vida pasada. Una historia que se va enrevesando a medida que vamos conociendo más detalles de la vida de Mario Duarte, su legado y la búsqueda de otros genios fallecidos siglos atrás. Una narración que se detiene en los detalles de un futuro imaginario para acercarlo y hacerlo real, en la personalidad de los protagonistas y sus acciones, en el entorno para explicar lo que ocurre y porqué ocurre, que va dando y quitando al lector, manteniendo la intriga hasta el final. Una historia original, que hace pensar y te asombrará por lo que se va revelando página tras página.

¿Os imagináis que un buen día descubrieseis que sois la reencarnación de una persona muy famosa? Pues la novela parte de esta premisa.

Mario Duarte es un pintor afamado que está en el ocaso de su vida y le atormenta pensar que cuando muera y se reencarne no será dueño de sus bienes: otros disfrutarán de lo que a él tanto le costó conseguir. Por esta razón, sus últimas voluntades resultan ser un poquito esperpénticas ya que tienen la finalidad de buscar a su siguiente reencarnación en la tierra. Por supuesto todo esto es confidencial.

Treinta años después de su muerte, un agente de seguros llamado Marcos Torreblanca se da cuenta contemplando un cuadro que él es el autor indiscutible de esa obra, y no va a parar hasta conseguir que se le reconozcan sus derechos y le devuelvan todo aquello que le pertenece. Se le ocurrirá la genial idea de crear un sindicato de reencarnados para tener más fuerza a la hora de recurrir a la vía judicial, ahora sólo falta encontrar las reencarnaciones de otras personalidades...

Con un estilo narrativo cuidado y un gran sentido del humor, la autora crea una historia realmente original, desenfadada y que te engancha desde las primeras páginas a la trama de este grupo de personajes. La novela, de manera irónica, profundizará en ciertas miserias del ser humano: egoísmo, maldad, vanidad, etc.