“Dos aguas” es la primera novela del periodista Esteban Duperly. El libro cuenta la historia de dos personas completamente distintas que por caprichos del destino, llegaron a vivir uno cerca del otro. “El Boga”, negro, pescador que sobrevive el día a día recogiendo cocos en una tierra cercana al mar donde vive con su esposa Flora, algunos pollos y una marrana. Por el otro lado está Bernhardt, un emigrante vienés quien, acompañado de su esposa, sus hijos, su hermano, la esposa de su hermano y el hijo de su hermano, y la niñera, decide huir de la vida en la ciudad y colonizar un terreno cerca al mar. Las historias de ambos se van desarrollando de manera individual. A medida que pasan las páginas vamos conociendo más sobre la vida de El Boga y su esposa, Bernhardt y su familia, y todos los sucesos que los van llevando a compartir existencia. El Boga había vivido largo tiempo en un terreno en medio del golfo de una playa sin nombre, allí había llegado luego de haber sido expulsado de otra parte, en donde vivía solo. En el nuevo territorio, comenzó a establecer su vivienda, a cortar árboles, a amarrar su canoa y su atarraya; conoció a Flora en el pueblo y la llevó a vivir con él. Bernhardt, por su parte viene exiliado de Austria, de donde salió en medio de la persecución a los judíos por parte de los nazis. Allí, tanto él como su hermano, tenían una tienda de fotografía y elementos fotográficos; sin embargo, un día fueron perseguidos y quebraron sus ventanas, por lo que decidieron huir junto con sus familias, rumbo a Estados Unidos. El barco en el que venían hizo una escala antes de llegar a Estados Unidos y por razones del destino, no pudieron llegar a ese país sino a otro. Llegaron a una capital del nuevo país donde sobrevivían trabajando como fotógrafos aéreos, Bernhardt pilotaba el avión, mientras su hermano tomaba fotografías. Con el tiempo, fueron también perseguidos, esta vez acusados de nazis, nuevamente hubo cristales rotos y una huida de toda la familia. Fue así como Bernhardt decidió marcharse a un terreno cerca al mar que había visitado en un viaje, donde había negociado con el dueño del terreno la venta de éste. El problema empieza cuando Bernhardt se da cuenta que el terreno que quería estaba habitado por un hombre que tenía ahí una casa y vivía con su esposa. al llegar y darse cuenta que el hombre estaba ahí, cuando Bernhardt ya tenía las escrituras del lugar, hizo que el extranjero se llenara de furia y acudiera a las autoridades para desalojar al ocupante de su tierra. al poco tiempo el Boga fue sacado de su casa, su mujer escoltada por un policía quien le había dislocado un brazo, y cuando los policías comenzaron a destruir las ventanas de la casa del Boga, algo en Bernhardt se estremeció y lo hizo recordar sus propias vivencias. A partir de ahí, Bernhardt, estableció su casa en donde vivía el Boga, mientras que este último, tuvo que reasentarse a unos metros de donde estaba, derribando nuevamente árboles y construyendo un nuevo rancho. Cada acción realizada por Bernhardt y su familia, eran vistas con recelo por parte del Boga y su esposa, al igual que las acciones del Boga eran estudiadas por Bernhardt. Cada familia hizo lo suyo, los extranjeros sembraron diferentes plantas, hicieron sistemas de riego y emplearon energía eléctrica. El Boga por su parte, se dedicó a la pesca, pues ya no podía vivir de los cocos, que ahora estaban en el terreno de los extranjeros y eran vendidos por estos. Los celos y la lucha de caracteres empezaron a dominar la relación entre los nuevos vecinos. Cuando el Boga y su esposa acudieron a la nueva familia para pedir ayuda, Bernhardt no quiso llevar a la mujer al pueblo para que le atendieran una muela. EL desquite del Boga vino después, cuando supo que iba a haber mar de leva, pero no le dijo nada a Bernhardt y su familia; mientras él se preparaba para la leva y las lluvias, veía como los vecinos seguían su vida con normalidad. Finalmente, se regocijó cuando el agua cubrió todos los cultivos, dañó la planta de electricidad y los vecinos se vieron obligados a comprarle el pescado que el Boga recogía en la mañana, en ese momento el Boga no quiso venderles pescado a los vecinos, sabiendo que era lo único que podían comer luego de haberlo perdido todo. Luego del altercado con los pescados, Moritz, el hermano de Bernhardt, llegó a caminar por la orilla, a lavarse las manos en el mar y a sumergirse en este para refrescarse, en medio de su baño, Moritz, sintió la temperatura del agua cambiar, luego sintió una picadura de una medusa, lo que lo hizo salir del agua y buscar ayuda en su casa. Allí, las medidas tomadas por su esposa, la esposa de Bernhardt y la niñera, no lograban amainar el dolor, por lo que se vieron obligados a acudir a los vecinos. Marcus, el hijo de Moritz, fue quien avisó a los vecinos, ellos, luego de pensar un poco, decidieron ayudarle y trataron las heridas de Moritz con la sabiduría ancestral de los pueblos costeros, aliviando así al extranjero de su dolor. A partir de ese día, la relación entre el Boga y Berhnardt se volvió estrecha, comenzaron a pescar juntos y a beber juntos. Ahora su relación no era de competencia, sino de admiración mutua, en la que uno aprendía de los saberes del otro mientras lo observaba haciendo lo que su vida les había enseñado. Ahora, más que odiarse sin razón, las circunstancias ayudaron a que se pudieran entender. En el texto no se aborda explícitamente que ambos hubieran conocido la historia del otro, pero el lector, que es el que va conociendo los dos lados de la historia, puede darse cuenta que tanto el Boga como Bernhardt han vivido la persecución, que ambos fueron obligados a salir de sus tierras, que ambos veían al otro como un enemigo porque no podían comprender lo que pensaba o sentía; además, como ambos se encontraban rivalizando, aprovechaban cada ocasión en la que el otro necesitaba ayuda, para sentirse mejores, superiores y capaces de decidir sobre el destino de los demás. Sin embargo, fue el dolor el que los pudo igualar, el dolor de muela de la mujer del boga y el dolor moral y de hambre que tenía la familia de Bernhardt, los hicieron acercarse y los ayudó a conocer que así fueran de distinto color y hubieran nacido en diferentes países, a los vecinos también les dolía algo y les podían pasar cosas malas. El accidente de Moritz ayudó a dejar los egos de lado y a poder unir esas dos aguas tan cercanas y diferentes que eran sus vidas, en un único mar en donde ambos se adentraron para poder sobrevivir en el golfo y poder llevar el sustento para sus familias. En conclusión, “Dos aguas”, es un libro que habla sobre entender las diferencias, que invita a atreverse a dejar la falsa superioridad que otorga el tiempo, el conocimiento o la sabiduría en un ámbito determinado, para poder así liberarse de creencias y entender al otro como una persona igual, que también está expuesta a peligros y padecimientos, a la que se le puede comprender y ayudar a existir en un mundo de naturaleza incontrolable. Enlace: https://cosimoenlosarboles.w.. + Leer más |