El conde de Montecristo

"Toda la sabiduría humana estará en estas dos palabras: esperar y confiar."

Un clásico literario tan trascendente en la cultura que era imposible llegar al siglo XXI sin conocer su historia o trama a través de referencias, aún así, es una lectura extraordinaria y obligatoria. La mayoría conoce El conde de Montecristo como una apasionante historia de venganza, mejor dicho, La Historia de venganza.

Creo que su lectura va más allá de la epidermis superficial de la aventura, es un mundo literario vivo, un trágico y cruel juego donde una figura contradictoria lucha contra el destino impuesto por Dios, Edmund Dantés acaba creyéndose por encima de él y es capaz de desafiar sus reglas, e incluso la propia mortalidad. Si, como dice Cervantes, la historia es madre de la verdad, lo que contamos acerca de algo o de alguien es o se convierte en lo ocurrido históricamente.

Su vasto número de páginas me intimidaba y es un error: cada una de sus casi 1500 hojas merecen la pena. Se dice que Auguste Maquet, uno de los principales "negros" de Dumas, muy activo en sus obras, escribió gran parte del libro y que el propio Dumas reescribió más tarde. Maquet no figuró en los títulos de la obra ya que Dumas pagó una elevada suma de dinero para que así fuera. Nos encanta las anécdotas y todo mito las arrastra consigo, solo hace darle más vida a una joya ya perfecta.

Como Don Quijote, Dantés es un personaje marcado a fuego. Para siempre. Su larga y exquisita venganza, deleitó y deleita a nueva generaciones de lectores, Dumas desafía a la mortalidad como su propio hijo literario. Un clásico que habla de traiciones, amor y desamor, amistad, la justicia , la piedad y el perdón, tesoros ocultos y, posiblemente, reflexiones que leídas entre líneas encierran los secretos para redireccionar nuestras vidas. Obra maestra.