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Una dulce y divertida historia de cuento de hadas con princesas y príncipes, dragones y peligro, amor y pérdida. La trama era intrigante con la nueva idea de que los besos se usaban para mejorar la magia y la fuerza para vencer a los enemigos. ¿Besos como armas? ¡Me encanta! El comienzo fue lento, y aunque definitivamente es importante conocer el trasfondo de los personajes y la construcción del mundo, tuve dificultades para abordarlo. Sin embargo, una vez que comenzó la acción, me he enganchado. He admirado la fuerza de la princesa Ivy y su voluntad para no permitir que los príncipes fueran los únicos que arriesgaran sus vidas por la seguridad del reino. A veces es terca y exasperantemente, pero eso lo hizo divertido cuando su personalidad chocó con la del príncipe Zach. Una vez que aparece el Príncipe Zach, los eventos toman un giro interesante. Tampoco podía decidir si me gustaba o no al principio, pero pronto se ha convertido en mi favorito. Su comportamiento y reputación estaban llenos de contradicciones: lo que ves no era lo que obtendrías, y eso me encantó de él. Zach vive de sus convicciones como Ivy vive de las suyas. Aunque está entrenado para ser soldado y miembro de la realeza, todavía cree en el amor, aunque sabe que es una herejía creer en otra cosa que no sea la lógica. Rechaza el beso de Ivy porque no quiere usar un beso como arma en la batalla. Me ha encantado la forma en que desafió la creencia de Ivy de que el amor no existe. Ella es firme en creer que la gente confunde el amor con la lujuria como la educaron para pensar. Puedes ver cuando los eventos comienzan a cambiar lentamente la mente de Ivy, y ella comienza a dudar de lo que siempre le han enseñado. Esta historia aborda el tema del amor, haciendo la pregunta, ¿vale la pena vivir en un mundo sin amor? Cuando Zach tropieza en su camino hacia su vida, su presencia cambia todo para ella, y fue encantador ver si terminarían amándose. El comienzo es lento pero por lo demás, es fresca y divertida.
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