InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
>

Crítica de Guille63


Guille63
08 March 2023
Sumergido en la primera parte de la novela, pensé muchas veces que la obra llegaría a encabezar la lista de mi personal Olimpo literario cuya etiqueta bien podría ser la de literatura a martillazos, con permiso de Nietzsche, pensador que se paseaba por mi mente bastante a menudo mientras duró su lectura. Me refiero a ese tipo de literatura nada complaciente ni con el lector en la forma ni con el retrato del ser humano en el fondo. La literatura que azota conciencias, que remueve subsuelos, que no deja títere con cabeza, y que además lo hace de forma nada sutil ni soterrada, vomitando golpes, desde la pasión o la rabia o la desesperación.

Sentía respeto por su atormentado y contradictorio protagonista, capaz de reírse de sí mismo, de no tomarse en serio; ese individuo que, tras expresar su frustración con toda la pasión de un hombre desesperado, podía finalizar su discurso con un “bah, y qué importa en el fondo todo esto”. Podía empatizar con su infelicidad, con ese, que dijo George Steiner, que es "El hombre de las grandes profundidades (que) posee la inteligencia sin la potencia, el deseo sin los medios."... y, quizás lo peor de todo, la conciencia de todo ello.

Esa conciencia que nos hace reflexionar sobre nosotros, sobre el mundo, que nos hace indagar sobre lo bueno y lo malo, esa conciencia que, como nos dice Dostoievski, si está hipertrofiada como la del hombre inteligente, no nos lleva sino a un callejón sin salida, al absurdo de la vida, a la ausencia de "principios fundamentales, bases con las que asentarse" y, por consiguiente, a la inacción y al aburrimiento existencial.

Es imposible no esbozar una sonrisa triste y cómplice ante la postura de este funcionario que desgarra sus ropajes ante nosotros. ¿Que tenemos conciencia? Pues asumámoslo hasta las últimas consecuencias: que se imponga nuestra voluntad, nuestro afán de independencia, el poder que confiere estar por encima de todo y de todos. Si nos da porque 2+2 son cinco, pues cinco serán. Hay que desterrar la razón. Asumamos la mayor rebeldía posible ante la naturaleza que se nos impone, vayamos contra nosotros mismos, seamos malos con los que podemos, humillémonos con los que nos pueden y suframos por lo uno y por lo otro, y, lo que todavía es aun más revolucionario, disfrutemos de ese sufrimiento, sintamos placer en sumergirnos en el fango, aunque sea el placer de la autocompasión, y volvamos a despreciarnos por ese placer y volvamos a disfrutar de ese mismo desprecio.


Pero llegó la segunda parte, donde todo lo dicho hasta ahora se vuelve parodia, donde alcanzamos a comprender todo el patetismo de este ser que quiere ser él sin serlo, que llena su desprecio del mundo con unas fantasías delirantes e hilarantes. Su rebeldía contra la naturaleza, esa voluntad que todo lo puede, no era más que la imposibilidad de alcanzar lo que anhela y que solo consigue en sus fantasías. Es el retrato de un cobarde que se desprecia despreciándonos a todos.

Del respeto por el personaje pasé a la solidaridad con este ser desdichado e impotente, a la compasión ante su debilidad, ante el sufrimiento que comporta su exacerbado egoísmo; ante su imposibilidad de amar o de vivir en el amor. Cómo no apiadarse de esa necesidad de castigo, de humillación por parte de los otros que redima aunque sea infinitesimalmente la culpa que arrastra, culpa que reconoce como suya sin ser suya. Quien puede no justificar ese rencor y deseo de venganza contra todos, pero, sobre todo, contra sí mismo que le impide aprovechar las pocas oportunidades que se le presentan y que el único pecado que cometió es no saber vivir.
Comentar  Me gusta         13



Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro
Apreciaron esta crítica ()(1)ver más