Los hermanos Karamázov

Una vez leí en alguna parte que este era el mejor libro jamás escrito. Nunca he sido lo suficientemente valiente como para leerlo hasta ahora y tengo que decir que el libro es realmente ÉPICO. Épica en el sentido de que encuentras todo en ella: amor, odio, familia, religión, fe, lealtad. Este es el ser humano en todo su bien y en su mal.

"Los hermanos Karamázov" es un estudio complejo de la naturaleza humana, la religión y el ateísmo, la piedad filial, la justicia, el honor: todo y cualquier cosa de lo que un ser humano es capaz. No pretenderé que entendí o que incluso estuve de acuerdo con cada punto que dice el autor, porque hay mucho sobre lo que reflexionar que tal vez vendrá con la edad y la experiencia, pero disfruté absolutamente sumergirme profundamente en la conciencia humana tal como la exploró Dostoyevski.

Queda claro que esta es una de las grandes novelas de la literatura universal. Mientras lo leía, no dejaba de pensar que los detalles que proporcionaba eran superfluos o simplemente proporcionaban un color adicional a la imagen de la vida rusa. En la segunda mitad del libro me di cuenta de que estaba haciendo mucho más que eso. Esta es una historia tan perfectamente realizada con personajes completamente creíbles. Escribe sobre personas realistas mejor que casi cualquier otro novelista que haya leído. Cada personaje es profundo, completo y más humano que cualquier otro, por lo que no sorprende que te transporten a Rusia y todos los personajes se conviertan en tu familia.

No voy a decir que "Los hermanos Karamázov" fuera particularmente fácil de leer, sobre todo por tanto diálogo con tan poco que decir. En cambio, se hizo bastante evidente que no es lo que cada personaje dice y hace (hacen demasiado de lo primero y demasiado poco de lo segundo), ni siquiera las caricaturas llevadas hasta el final se ven como algo más que una farsa bidimensional; más bien, es la miríada de representaciones de un solo aspecto sin ataduras lo que hace de esta obra un fenómeno, y el truco más grande es que la novela en sí es un argumento único contra ese engaño, el engaño del significado.

Ahí es donde radica su brillo: está imbuido de un gran significado y, al mismo tiempo, no lo está en absoluto. Dostoyevski tiene claro que mucho de lo que pinta en sus personajes es interpretado por nosotros, los lectores, para completar o no según elijamos porque la verdad es que mucho de lo que decimos y hacemos no tiene sentido. Así como el orgullo de Katerina está sombreado en su pretensión de martirio, o la naturaleza apasionada y el impulso de Dimitri Fiódorovich que él mismo no entiende, nos muestra lo poco que nos conocemos a nosotros mismos, incluso cuando intentamos comunicar al mundo quiénes creemos que somos o queremos ser.

Ahí radica el significado: el significado ofrece a un individuo la capacidad de pintar lo que quiere ser, pero no le ofrece la capacidad de comprender quién es en realidad.

Tal vez algún día me atreva lo suficiente como para tratar de resumir mejor mis pensamientos/sentimientos con respecto a este libro. Por ahora solo diré que esta fue una experiencia de lectura única para mí.