Azúcar quemado nos habla de Tara y Antara. de Tara, una madre que no quiso o no supo darle a su hija lo que necesitaba, porque ella no estaba preparada para cuidarla, para formar parte de un matrimonio convencional en una familia convencional y en una sociedad convencional. Y de Antara, una hija que cuando es consciente de que su madre está perdiendo la memoria se ve en la obligación de atender, cuidar y proteger a quien no la atendió, ni cuidó ni protegió. Y se enfrenta a todo esto con las emociones desbordadas y su corazón dividido entre la obligación y el resentimiento. Y recuerda el pasado y nos lleva por el dolor sufrido , las heridas, las traiciones y la relación entre ambas desde que su madre huye con ella de un matrimonio que la aburría, su estancia en una secta, el tiempo pasado en la calle o un internado horrible. Una infancia infeliz y una vida actual que también lo es. Porque no todas las relaciones madre-hija son idílicas, porque la maternidad no es siempre maravillosa, porque no siempre se quiere a las hijas o a las madres, porque la frustración, el dolor y el rencor por esa falta de amor pueden condicionar la vida. Me habían hablado de este libro como de una lectura dura, bastante cruda y muy exigente emocionalmente. Pero claro, las relaciones familiares difíciles lo son y si son entre padres, madre en este caso, e hijos más todavía. Enlace: https://instagram.com/mi.ter.. |