Me dolía el corazón con cada beso que nos dábamos.
|
Me dolía el corazón con cada beso que nos dábamos.
|
Me he pasado la mayor parte de mi vida aguardando un futuro que aún no ha llegado o huyendo de un pasado que aún me atormenta. |
Mi risa tuvo un efecto muy extraño, como si despertara a un pueblo entero de una maldición.
|
─Emma, ¿de qué tienes miedo? ─me pidió de nuevo, escudriñándome la expresión. ─De morir ─musité. |
─Estabas inmóvil y tan pálida... ─continuó. Sus ojos azul acerado se encontraron con los míos y susurró─: Yo te ayudé a respirar. ─¿Tú? ─La conmoción que me produjo esa confesión me consumió. ─Cada vez que te insuflaba aire en los pulmones rezaba para que respiraras. Supliqué y supliqué. Y entonces... De pronto, respiraste. |
Él me devolvió el abrazo con delicadeza, con cuidado de no usar demasiada fuerza. ─No te rindas, Emma, vive ─susurró─. Eres mucho más fuerte de lo que crees. |
Manolito ...