Después de muchos años en la estantería, por fin le ha tocado a este libro y ha sido una lectura perfecta, que me ha durado muy poco y me ha mantenido enganchada en todo momento, dejando otro libro aparcado incluso. Una historia complicada, con todo en contra, que en principio parece una cosa y luego es otra y que transcurre en 1820 principalmente. El título hace referencia a un lugar, a una casa con mucha importancia para la familia Delafield y para Kate; para ella representa todo lo que ha deseado siempre, ir con ellos de visita, ser invitada por Henry y su familia. Secretos, recelos y situaciones vergonzosas que vamos conociendo poco a poco nos van situando en el lugar de Kate y su dolorosa posición, el querer escapar de todo y conseguir un poco de felicidad y libertad. Está contada en primera persona por ella y en ocasiones vamos hacia atrás en el tiempo a momentos clave que determinan su forma de actuar en el presente, aparentando una indiferencia y despego que en el fondo no siente. Kate no quiere repetir la historia de sus padres y no quiere imponer su compañía a nadie, prefiere renunciar y ser libre, una mujer independiente. Está muy bien ambientada y se nota la documentación y como refleja a la sociedad del siglo XIX, los matrimonios concertados, la importancia de los títulos, el nulo papel de la mujer a la hora de decidir su futuro, las habladurías y los escándalos, etc. El final se me ha quedado algo corto, de los que te deja con ganas de más, aunque es un final feliz sin duda. Lo recomiendo. |