El fantasma y la señora Muir

Leer esta novela ha supuesto un soplo de aire fresco. Soy una lectora muy fácil de encandilar cuando se encuentra con títulos o tramas que contienen criaturas relacionadas con leyendas de misterio, por lo que en cuanto me topé con este título poco tardé en adquirirlo. Como digo, me he encontrado con una historia que me ha gustado tanto como esperaba. La señora Muir es una mujer cansada de su vida actual, por lo que, recientemente viuda, busca dar por fin el paso que tanto teme, mudándose al pueblecito de Whitecliff. Allí, insistirá en adquirir una residencia abandonada sobre la que pesa la leyenda del fantasma del capitán Gregg. Poco tardará en descubrir que dichos rumores son ciertos, pero será difícil para el capitán echar a la nueva inquilina, pues Lucy Muir es una mujer llena de miedos a la par que valentía y eso es algo que ni siquiera ella misma sabrá al principio.

El capitán Gregg aportará a la vida de Lucy dosis de valentía, ironía (traducida en risas para el lector), alegría y amor. Es una lectura ágil. No pierde el ritmo en ningún momento, no se hace pesada y a pesar de tener una premisa bastante vista en apariencia, los sucesos y conversaciones que el capitán y Lucy van intercambiado se vuelven muy agradables de leer. Es una historia capaz de alegrarte el tiempo que le quieras dedicar. Está llena de ternura, nostalgia y valor. Habla incluso de cumplir sueños y de luchar por lo que uno realmente desea en el tiempo que se nos ha dado. He disfrutado mucho leyéndola. Quizá me ha faltado algo más de ese amor que promete, pero me hace preguntarme si la autora, que escribe bajo seudónimo, no lo censuró en cierto grado debido a la época. A pesar de ello, me ha gustado un montón y he acudido a ella siempre con muchas ganas. ¿Qué bonito es que una novela consiga darte la mano así, verdad?