No sirve un carajo intentar enseñarle algo a alguien cuando se niega a reconocer que tiene algo qué aprender .
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No sirve un carajo intentar enseñarle algo a alguien cuando se niega a reconocer que tiene algo qué aprender .
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Los padres siempre presumen de que no hay nada que no sepan de sus hijos, pero yo más bien diría que es al revés, porque la mayoría de los niños son muy observadores y sus hogares constituyen prácticamente la totalidad de su mundo.
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—… Supongo que ser honesto da sus frutos; me refiero a que si hubiese intentado imponerle la casa a toda costa usted no se habría interesado por ella, la naturaleza humana es así.
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No hay caballeros ni damas después de la muerte.
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Él podía captar y comprender el punto de vista de cualquiera y sacarle partido. Y ser bueno o malo no siempre significa contar con espiritualidad o carecer de ella, esa es otra diferencia inventada por el hombre; algunos de los peores hombres según los parámetros terrenales poseen una mente y unos sentimientos de lo más nobles, pero se internan en la niebla, quizá al principio de sus vidas, y ya nunca pueden aprender a navegar en línea recta. Y le diré algo más; son los santos y los pecadores los que más cerca están de lo que verdaderamente importa, y no los que no son ni una cosa ni la otra, con sus pecados negativos de rencor, malicia y mezquindad.
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-Me resulta tan absurdo que pueda estar discutiendo sobre una nariz enrojecida con un fantasma -dijo Lucy-. Ni que fuese esto una obra de un teatro de variedades, es decir... Antes de cenar me daba usted terror, casi me muero de miedo. -Siempre nos asusta lo desconocido. |
Debo de ser muy egoísta, pensó, porque no quiero enderezar nada ni tampoco a nadie; lo único que deseo es que me dejen en paz para lidiar como pueda con este problema que llaman vida.
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Lo suyo es amor, no un sentimiento romántico, y el amor verdadero no es ciego, lo ve todo y es infinitamente indulgente.
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no se obsesione con dónde acabará al final del viaje, porque esa es una manera infalible de estrellarse contra las rocas que tiene delante de la nariz.
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Uno tiene que ser capitán de sí mismo antes de ser capitán de mar.
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Es un cuerpo creado a partir de la unión de distintas partes de cadáveres diseccionados, escrito por Mary Shelley a partir del reto literario de Lord Byron.