Manual del perfecto infiel

Dudar de lo que sentimos por la otra persona es a fin de cuentas un problema, que requiere una respuesta, pero por miedo a las controversias que se pueden encontrar algunos prefieren la domesticación, acostumbrarse.

Recuerde que el mundo se ha definido por la información que se tiene del otro indiscriminadamente si es nuestro aliado o enemigo, en las vueltas que da la vida no sabemos los bandos como puedan cambiar, la información da poder.

Cuantas carajadas con el corazón, es un órgano que necesita ejercicio para estar bien, nada más, el resto son pendejadas que se inventan las personas para ocupar el tiempo, porque son unos desocupados.

A fin de cuentas, eran amigos de los de verdad, que han aprendido el verdadero valor de poder contar con alguien cercano en la vida, decirle las cosas sin tapujos y convenciones sociales que desvirtúan la esencia del mensaje en casi una hipocresía.

[...] porque a fin de cuentas la necesidad mandará a la mierda la dignidad.

[...] lo que somos los humanos: tinieblas difusas, productores de mierda, dolor y destrucción a nuestro paso.

El poner fin a una conversación es un arte espectral reservado al género femenino.