Tercera parte de la trilogía de Santiago Díaz. Con una estructura y una forma de escribir igual a la del buen padre nos presenta un thriller trepidante donde seguir leyendo se hace imprescindible. Trabaja con cuatro hechos y un número grande de personajes , los desarrolla y acaba cerrándolos todos perfectamente. El final es brutal pero sin dejar ningún cabo suelto en resumen un libro muy recomendable. |